Japón quiere hacer un Imperio de fútbol pero todavía no encontraron grandes resultados fuera de su continente. Acceder a octavos como en la Copa hecha en casa parecer ser el principal objetivo.
El seleccionado japonés jugó solo los últimos tres Mundiales y solo tuvo una labor aceptable cuando fue local en 2002, torneo en el que pasó a octavos de final. Antes hizo poco en el fútbol y después defraudó con el freno a su crecimiento.
Sin embargo, su liga cada vez se profesionaliza más y sus jugadores también salen afuera y dan que hablar. Por ese la evolución puede cristalizar en este Mundial ya que cuenta con muy buenos delanteros como Nakamura y Morimoto, una joven promesa que juega en Italia. A eso se le suma el volante Honda y el experimentado defensor Nakazawi.
Las posibilidades depende de cómo arranque ante Camerún, un rival difícil pero con ciertos desequilibrios y de aprovecharlo puede prepararse para el golpe. Por eso el sueño de acceder a la siguiente etapa puede ser real. Con eso le alcanza para hacer un digno papel.
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