martes, 27 de julio de 2010

El portazo de Maradona

Grondona le puso peros que conociendo a Diego no iba a aceptar. La albiceleste se quedó sin seleccionador de una forma poco clara. ¿Para que hubo una reunión si con esas condiciones era obvio que la intención de AFA era no renovar el contrato? ¿Por qué jugar con el estado emocional del ex capitán del seleccionado?

El martillo había bajado horas atrás. La suerte de Diego Maradona estaba echada antes de la reunión con Julio Grondona. Lo que hubo fue el uso de un símbolo como si fuera un profiláctico recientemente utilizado. Tras la resaca de la euforia mundialista, a Diego le soltaron la mano. Fue como a aquella señorita que todos querían en la fiesta pero después que se hizo con ella lo querían hacer la dejaron solita.
Lo insólito no es la no renovación, sino la forma. El fin no justifica los medios. Maradona tal vez sea la personas más inepta para ocupar el cargo pero no merece este manoseo. Por el jugador que fue, porque siempre le dio todo a la Selección y más allá de eso ningún ser humano merece que se le diga que todo está bien, pero por detrás planifican su crucifixión.
“Maradona es la única persona que puede hacer lo que quiera”, dijo el mandamás del fútbol argentino instantes después del papelón ante Alemania. Increíblemente que se diga eso luego de que se desnudara toda sus falencias como orientador táctico. Insólito que se diga eso y después le condicionen todo su equipo de trabajo. Lo que dinamitó su camino no fueron sus errores tácticos, algunos inadmisibles, sino sus desplantes, como su viaje a Venezuela o su ninguneo a la Presidente y su séquito.
Diego fue a marcar el territorio, dobló la apuesta antes los rumores de pedidos y le salió mal. Grondona aprovechó y le marcó la puerta de salida. No se animaba a decirle que no pero lo llenó de trabas. Como diría el propio Diez “le cortaron los piernas”. Aunque en gran parte, sus horrores tácticos, sus caprichos como el de Ruggeri y sus desplantes le facilitaron el trabajo a Grondona, que fue decidido a hacer un despido encubierto. Era obvia la respuesta de Maradona, ante esos requerimientos. Por lo tanto ¿Era necesario hacerle eso?

domingo, 11 de julio de 2010

¡Y Olé!


España se consagró campeona mundial, por primera vez en su historia, tras superar a Holanda por 1 a 0 con un gol de Iniesta cuando se moría el suplementario. La final fue cerradísima y el vencedor se quedó merecidamente con la gloria porque fue el que más propuso.


Era la final del Mundial. Lo que todo jugador sueña desde que empieza a patear una pelota. Encima, era la posibilidad tanto para España como para Holanda de quedarse con la Copa, por primera vez. Por eso pretender que se juegue bien es medio utópico más allá de que en la cancha estaban varios de los mejores jugadores del planeta como Iniesta, Xavi, Snejder, Robben.
El cotejo se jugó con dientes apretados y no se regaló nada, como se debe jugar las finales. Hubo pierna fuerte pero sin mala intención, más allá de los demasiados foules cometidos por los holandeses. Pero hay que destacar, por ejemplo, la caballerosidad de Van Persie que devolvió la pelota en un córner luego de que se le escapó a Casillas, otra devolución originada por una atención a un futbolista naranja.
El conjunto ibérico tomó desde el primer minuto las riendas del cotejo y en los primeros instantes acorraló a su adversario con las subidas de Sergio Ramos y el manejo de Xavi e Iniesta. Los de Países Bajos esperaban agazapados y confiaban en las corridas de Robben. Luego de pasar los primeros sofocones, Holanda tomó un respiro y llegó a inquietar a Casillas.
Párrafo aparte para la patética tarea de Howar Webb, el mismo árbitro que tuvo una polémica tarea en la eliminación de Italia. El referí inglés sacó demasiadas amarillas pero no se animó a expulsar a De Jong, por una temible patada a Alonso, y dejó que Van Bommel le maneje el partido a su antojo. Además, no amonestó a Snejder y a Iniesta por ser estrellas y solo les advirtió. Con el correr del duelo, todavía fue empeorando ya que no cobró un evidente tiro de esquina para los holandeses en la jugada previa al gol del campeonato.
El equipo de Vicente Del Bosque siempre fue leal sus convicciones como lo hizo durante todo el certamen, incluso después de la derrota inicial ante Suiza. Diferente fue lo de Holanda que se sacó el traje y se puso el overol para conquistar un Mundial, de una buena vez por todas. Tenía equipo para animarse a más pero prefiero defenderse y descansar en los estiletazos de Snejder y las corridas de Robben. Justamente, el volante del Inter dejó solo a Robben en un contraataque pero Casillas le ahogó el grito.
Con el ingreso de Cesc, España tuvo más profundidad. El talentoso mediocampista del Arsenal se perdió un gol increíble pero también generó varias situaciones que llevaron peligro al seguro portero Stekelenburg durante el suplementario. Cuando había olor a penales, apareció Iniesta, quien primero limpió la jugada con un delicioso taco y luego definió cruzado tras un perfecto pase de Fabregas. Gol y Justicia. Porque la Furia siempre se animó. Las ganas y sus convicciones pudieron más que el amarretismo y el miedo. Holanda nunca se animó y lo pagó caro. En su mente, estará rondando la pregunta de que hubiera pasado si apostaba al ataque. España goza y está bien que a si sea.

ESPAÑA 1-0 HOLANDA
ESPAÑA: Casillas 8; Sergio Ramos 6, Puyol 6, Pique 5, Capdevilla 5; Xabi Alonso 6 (Cesc Fabregas 7), Busquets 5; Xavi 6, Iniesta 8; Pedro 5 (Jesús Navas 6)y David Villa 5 (Fernando Torres)
HOLANDA: Stekelenburg 7; Van der Wiel 5, Heitinga 6, Mathijsen 6, Van Bronckhorst 6; Van Bommel 6, De Jong 6 (Van der Vaart 5); Snejder 6; Robben 6, Van Persie 4, Kuyt 4 (Elia 4)

viernes, 9 de julio de 2010

El padre de las derrotas


Ni Maradona ni los jugadores, el principal culpable de una nueva decepción es Julio Humberto Grondona, quien sigue atornillado en el Sillón Presidencial de la AFA, y poco parece importarle que sus decisiones sean erróneas.

A Julio Humberto Grondona poco le importa lo que le pase al Seleccionado argentino. Y no le va a seguir interesando lo que ocurra. Nada de lo que se diga en los medios, modificará su pensamiento de que debe perpetuarse como Presidente de la AFA, cargo que ocupa desde 1979.
En 31 años de gobierno, solo el título y el subcampeonato logrado en la etapa Bilardo parecen como logros importantes en su curriculum. Aparte de las Copas Américas, de 1991 y 1993, y los Juego Olímpicos de 2004 y 2008, se le puede sumar cinco Mundiales juveniles. Pero en el debe, están la Selección mayor que hace veinte años no accede a las semifinales de un Mundial y solo jugó tres finales de torneos importantes – dos copas continentales y una Copa de Confederaciones-.
Pero no pasa por la ausencia de títulos, su responsabilidad. Si no que a la hora de elegir los seleccionadores lo hace casi en forma unilateral y dictatorial. Elige él y punto. El fútbol argentino merece algo más que decisiones de una sola persona, más si se tiene en cuenta que muy pronto cumplirá 80 años y tal vez su facultad de razonar no este al 100%.
Desde 2002, cuando se produjo la reelección de Bielsa, tras el fracaso rotundo de Oriente, las resoluciones dictadas por don Julio no fueron acertadas. Por aquel tiempo, se prefirió la continuidad del proyecto, cuando en realidad ya el proceso estaba quemado. Cuando el actual DT de Chile, dejó en banda al Seleccionado, prefirió a Pekerman, pero cuando este se fue se optó por darle la revancha a Alfio Basile, a quien le llegó muy tarde su segunda oportunidad en el combinado albiceleste. Con más de sesenta años, el Coco ya no tenía ni la llegada a los jugadores como solía tener ni la fuerza física para soportar las presiones.
Así el ex entrenador de Boca y Racing dio el paso al costado, Grondona sacó un conejo de la galera inesperado: Diego Maradona, que no solo no poseía experiencia, sino que ni siquiera tenía un cuerpo técnico formado. La segunda opción en aquel tiempo era Carlos Bianchi pero el presidente de AFA tiene grandes diferencias personales con el Virrey, por lo tanto el técnico más ganador de los últimos veinte años sigue sin agarrar la Selección.
Sin embargo, Grondona seguirá en la AFA porque siempre sabe con quien tejer alianzas. Cuando asumió lo hizo gracias al guiño del almirante Lacoste en plena dictadura militar. Su flamante aliado es el gobierno kirchnerista, con quien se unió para golpear al Grupo Clarín. Si a eso se le agrega, su fama dictatorial es imposible pensar en una futura dimisión. Y mucho menos en una elección de DT que sea beneficiosa para el fútbol argentino, producto del consenso y del dialogo.

jueves, 8 de julio de 2010

La pelota se manchó


Argentina se despidió y tiñó de negro la buena imagen que había dejado a lo largo del torneo. El 4 a 0 fue la frutilla del postre, una fruta podrida eso sí, para un proceso mal parido desde el vamos.


En los últimos veinte años, Argentina nunca pareció estar más cerca de la gloria. Antes del partido por cuartos de final, parecía ser uno de los candidatos máximos, fruto de todo el poder del gol y ataque que producían sus delanteros. Y ese sentimiento de que se podía, que era ahora o nunca, tenía mucho que ver la aparente madurez como director técnico de Diego Maradona. Sí, si Argentina era de los mejores mucho tenían que ver el Diez y sus decisiones.
En este Mundial, todo lo que tocaba lo transformaba en oro. Hasta puso un rato a Palermo y este anotó un tanto. Pero solo fue un espejismo porque en el comienzo de la segunda fase todo empezó a desmembrarse. No sirve el hecho de desmerecer a los adversarios como Nigeria o Corea del Sur. Porque las Aguilas Verdes no son menos que Argelia que le empató a Inglaterra y los asiáticos tampoco eran peores que Nueva Zelanda que le había igualado a Italia. Los resultados locos de los demás candidatos que se caían uno por uno, parecían esquivar al equipo maradoneano. La eliminación de Brasil hizo ilusionar a todo el pueblo argentino. Pero algo olía mal. Cinco días antes, en la victoria sobre México, la alarma se encendió. El equipo no fue el mismo. Primero porque obviamente los adversarios habían evolucionado y en segundo lugar porque el nivel de los jugadores argentinos había involucionado. Messi había retrocedido muy atrás y necesitaba de un interlocutor como Verón para que Lio sea el Messi de Barcelona. Para colmo, su gol no llegaba y se transformaba en una obsesión.
Maradona empieza a perder la Copa cuando armó la lista definitiva. El único lateral que tenía a mano era Clemente Rodríguez pero nunca confió en él. Por eso inventó a Jonás Gutiérrez y a Otamendi para que se desempeñen en esas posiciones. Javier Zanetti, un experto en la materia, se quedó afuera para que el Chino Garce vaya a conocer Sudáfrica. Ese sector de la defensa fue el peor durante todo el torneo y ahí empezó el cataclismo ante los alemanes debido al torpe foul cometido por Otamendi.
Antes de viajar, Maradona tenía pensado jugar en un rudimentario 4-4-2 y lo transformó en un 4-3-3 mientras acampaba en el continente negro. Había sido toda una revolución. Pero había desorden. La heladera no estaba en la cocina y el inodoro no estaba en el baño. Había muchos plasmas pero nos faltaba la estufa para pasar el invierno o el ventilador para sobrellevar el verano. Muchos delanteros, falta de volantes de marcas, muchos centrales, ausencia de laterales.
Apenas comenzado el torneo, la Selección ilusionó porque Messi se parecía al de Barcelona, a Higuaín se le había abierto el arco y Tévez aportaba su potrero. Encima, Romero parecía un espectador VIP porque más allá de algunos sofocones lógicos, había tenido muy poco trabajo. Pero todo empezó a derrumbarse pero mucho antes de que Muller conecte ese centro y bata al arquero argentino.
La hecatombe futbolística comenzó puertas para adentro. Cuando se tiene debilidades como las que tenía el Seleccionado, lo mejor es tratar de maquillarlas. Pero no se hizo nada. El costado derecho sangraba y se dejó que Alemania nos abra todavía esa herida a puro fútbol. Los volantes habían perdido la batalla ante México pero poco importó porque la guerra se ganó con las individualidades. Maxi exhibió una imagen más sacrificada de lo normal y Di María también pero no alcanzó con ellos para acompañar a Mascherano, a quien el cuerpo técnico le dio la posibilidad de jugar solo porque supuestamente podía bancarse solo el mediocampo, sin otro tapón, desechando a Cambiasso y a Gago, dos que podría ser perfectamente el socio en la cruzada por la recuperación del balón. Con el resultado puesto, es fácil decir que le faltaba un socio, pero Maradona confiaba ciegamente en su capitán pero su nivel durante todo el ciclo estuvo lejos de ser el de otras épocas.
Por eso, la Copa se resbaló de los argentinos mucho antes del pitado inicial de aquel debut ante Nigeria, que tan lejos parece estar en el tiempo. La falta de laterales y un socio para Mascherano, denota una deficiencia en la concepción del plantel. Pero contra Alemania hubo tiempo para enmendar esos errores pero se miró para el otro lado. Otamendi y Di María demostraron que están más verdes que Schrek. Sus presencias en el once inicial merecían una revisión. Ni que hablar de Demichelis que fue el talón de Aquiles del equipo durante la competencia.
Luego Maradona pecó de jugadorista y no quiso quemar a Otamendi, quien pedía a gritos salir de la formación. Aunque en realidad, era su propio rendimiento lo que lo quemaba y ya estaba incinerando al equipo. Lo sacó tarde cuando el daño estaba hecho. Puso a Pastore y a Agüero para quemar los últimos cartuchos. Pero se quemó el prestigio de la Selección. El 4 a 0 fue la peor goleada sufrida por un equipo desde que se juega octavos y cuartos de final de un mundial junto al 5-1 de España sobre Dinamarca en México ´86. Tristísimo.
Tan cerca del cielo, tan lejos de la gloria, así fue la sensación luego de un nuevo Mundial. Algo se hizo bien porque Argentina hace 10 partidos que no perdía en Mundiales y en las últimas dos copas fue el mejor equipo en primera fase. Pero con eso no alcanza para dar el salto de calidad. ¿Puede seguir Maradona? Como poder, puede. Pero debería encontrar una palabra que en el diccionario maradoneano parece que no exite: autocrítica. Si detecta sus errores, los puede corregir. Puede tener su revancha. La merece por el símbolo que es. Como técnico, está en deuda. La pelota se manchó. El la manchó. Pero puede limpiarla.

martes, 6 de julio de 2010

La lupa sobre los jugadores


Este es el análisis individual de cada uno de los futbolistas que actuaron en la Copa del Mundo

Sergio Romero 6: No tuvo mucho trabajo en la primera ronda. Abortó bien los centros y los remates de lejos pese a las travesuras del balón. Ante Alemania tuvo algo de responsabilidad en el primer gol y en el resto, pese a que lo ajusticiaron, pudo hacer algo más. Igualmente aprobó.

Nicolás Otamendi 5: Contra Grecia, Maradona exageradamente lo catalogó como la figura de la cancha. Aprobó y punto. Lo mismo que contra México. En el último partido, fue una obra maestra del terror. Tuvo como atenuante que jugó toda la Copa en una posición que no es la suya pero tuvo distracciones y falencias groseras, independientemente del puesto.

Martín Demichelis 4, 80: El talón de Aquiles del equipo. Dio sensación de inseguridad en todos los partidos con errores graves. El gol ante Grecia solo sirve para las estadísticas. Su nivel fue pobre a tal punto que si se desestima en próximas convocatorias, no sería una locura

Nicolás Burdisso 6: De lo mejor de la defensa, lo más regular. Muy bien ante México y ante Alemania a veces quedaba solo para defender. Le faltó compañía.

Walter Samuel 6: Uno de los grandes ausentes en el cotejo definitorio. Perdió el puesto por lesión y merecía volver pero Maradona prefirió mantener la dupla Demichelis-Burdisso. Ante Nigeria cumplió

Gabriel Heinze 6: Símbolo del proceso. Su actuación es como un ejemplo de la de todo el equipo. Gol en el debut, sin sobresaltos contra Corea, salvó ante México dos goles en las líneas pero volvió a ser el mismo desastre que fue en Eliminatorias en el cotejo ante los germanos.

Clemente Rodríguez 7: Jugó un único partido y le había aportado salida clara al equipo ante los griegos. Era una opción para ingresar durante el partido ante los muchachos de Joachim, Low por el inoperante Otamendi, pero Maradona no pensó lo mismo evidenciando claramente que nunca fue uno de sus predilectos.

Jonás Gutiérrez 5: Otro que no estuvo en su puesto. Le faltó oficio para jugar como lateral pero sin embargo dejó varias grietas. En los dos partidos que jugó fue una invitación permanente.

Juan Sebastián Verón 5: De subcapitan a olvidado. De referente a suplente. Así fue el Mundial de la Bruja. En los dos encuentros disputados, demostró que podía ser el socio de Messi pero le faltó capacidad física para aguantar ese nivel durante todo el partido ya que solo lo hizo de a ratos. Como a la hora de recuperar, tampoco fue el acompañante ideal de Mascherano, terminó perdiendo el puesto.

Maximiliano Rodríguez 5: De mayor a menor. Ingresó por Verón y le ganó el puesto. Aportó mucho sacrificio en una versión no tan conocida suya y en un puesto como volante por derecha en una línea de tres mediocampistas que no debía jugar desde la época de Newell´s o en algún partido de la era Pekerman.

Angel Di María 5, 20: Una de las grandes frustraciones a nivel individual se esperaba mas en ataque de él. Nunca hizo prevalecer su habilidad más allá de algún chiche. Cuando se corrió a la derecha ante Alemania, complicó más que en toda la Copa. Demasiado poco para un jugador que acaba de ser vendido al Real Madrid.

Javier Mascherano 5,50: Aportó sacrificio y en él último partido con algunos cruces providenciales evitó jugadas de gol, que podrían haber provocado una goleada superior. Pero abusó muchísimo de las faltas, inclusive ese cotejo debió haber sido expulsado por el permisivo arbitro. Tuvo falencias en la distribución del balón y quedó claro que necesitaba un socio para recuperar el balón, pese a que la ubicación de otro jugador pueda incomodarlo, es lo que realmente necesitaba el equipo.

Javier Pastore 5, 50: Jugó muy poco, ya que sólo ingreso en tres enfrentamientos desde el banco. Ante Grecia le cambió la cara al equipo y demostró que se puede entender con Messi. Contra Alemania, ingresó tarde.

Lionel Messi 6, 40: Arrancó para comerse a todos crudos. Terminó desinflándose como todo el equipo. Hoy por hoy, está claro que necesita un interlocutor con quien dialogar futbolísticamente como lo son Xavi e Iniesta, en el Barcelona, o como lo fueron Riquelme y Verón, en la Selección. De cara al futuro, esa función la pueden hacer Pastore, Bolatti o Gago. Pero el 10 extraño que alguien le da la pelota redonda. Justamente con la ausencia de la Bruja se vio su versión más descolorida, que lamentablemente coincide con los partidos más importantes y puede parecer que le pesó el contexto. Tal vez sean las dos cosas, pero hay que entender que es necesario rodearlo bien, porque solo no puede. Igual dejó su impronta en el torneo, porque fue el principal responsable de que la Selección sea el conjunto más goleador de la Copa hasta antes del duelo ante los germanos.

Carlos Tevez: 6, 75. El mejor puntaje argentino de la Copa. El ex delantero de Boca no arrancó bien el torneo. Peleó más de lo que jugó ante Nigeria y contra Corea mejoró notablemente. Ante México se llevó todos los flashes con los dos goles –el último argentino en marcar dos tantos en un duelo de eliminación directa en un Mundial fue un tal Diego Maradona, ante Bélgica en México 86-. Frente Alemania hizo lo que pudo, aunque fue poco.

Gonzalo Higuain 5, 75. Los tres goles ante Corea elevan su puntaje considerablemente. Contra Nigeria erró mucho, con México fue el gol –de las mejores definiciones de todo el certamen- y poco más y ante Alemania estuvo apático.

Sergio Agüero 5, 50: Bien cuando entró en el segundo tiempo ante los asiáticos. Cuando fue titular, ante Grecia, incidió poco. Ante Alemania, entró con el resultado puesto e inalterable.

Diego Milito 5: Sólo tuvo la chance ante Grecia e hizo poco para destacar. Es cierto que nunca rindió en la Selección pero nunca tuvo muchas posibilidades de jugar al menos dos partidos seguidos.

Martín Palermo: Diez minutos le bastaron para convertirse en el anotador argentino más longevo en Mundiales. El héroe de la clasificación tuvo su capítulo en Copas del Mundo. Merecido.





Puntaje por partido
VS Alemania: Romero 5; Otamendi 3 (69´ Pastore 5), Demichelis 4, Burdisso 5, Heinze 4; M. Rodríguez 4, Mascherano 5, Di María 5 (74´ Agüero) ; Messi 4; Tevez 5 e Higuain 4

VS México: Romero 6; Otamendi 6, Demichelis 5, Burdisso 7, Heinze 7; M. Rodríguez 5 (Pastore); Mascherano 5, Di María 5; Messi 6; Tevez 9 (Verón 5), Higuain 7

VS Grecia: Romero 6; Otamendi 6, Demichelis 6, Burdisso 6, Clemente Rodríguez 7; Maxi Rodríguez 5 (Di María 6), Bolatti 5, Verón 6; Messi 7; Agûero 5 (Pastore 6), Milito 5 (Palermo)

VS Corea del Sur ARGENTINA: Sergio Romero 7; Jonás Gutiérrez 5, Martín Demichelis 4, Walter Samuel (Nicolás Burdisso 6), Gabriel Heinze 6; Maximiliano Rodríguez 6, Javier Mascherano 6, Angel Di María 6; Carlos Tevez 7 (Sergio Agüero 7), Lionel Messi 7; Gonzalo Higuaín 8 (Mario Bolatti)

VS Nigeria ARGENTINA: Sergio Romero 6; Jonás Gutiérrez 4, Martín Demichelis 5, Walter Samuel 6, Gabriel Heinze 7; Juan Verón 5 (Maxi Rodríguez), Javier Mascherano 6, Angel Di María 4 (Nicolás Burdisso); Lionel Messi 8; Carlos Tevez 6 y Gonzalo Higuaín 4 (Diego Milito)

lunes, 5 de julio de 2010

Un giorno tristisimo

Ya habrá tiempo para hacer un profundo análisis de lo hecho por Maradona y si debe continuar o no. Aparte del poderío alemán, una ensalada de desajustes propios fueron los detonantes de que el volcán haya hecho erupción.

1) Los formación inicial. México fue el aviso de que las cosas no estaban bien cuando se le regaló la pelota. Alemania tenía un poder superior al Tri. Muy superior. Si Chicharrito Hernández nos complicó; Ozil, Muller, Podolsky, Schwesteiger, Klose nos iban a lastimar. En el mediocampo se necesitaban variantes, Di María, con un bajo nivel en el torneo, era otra opción para salir de la alineación y darle un sentido más batallador con el reingreso de Jonás Gutiérrez, que por fin podría jugar en su puesto. O en su defecto, que ingreso Verón y liberar a Messi de su retroceso innecesario que se vio obligado en el juego ante los aztecas. Las vacilaciones defensivas de Demichelis imploraban que se eyecte a este defensor del once titular. La dupla Burdisso-Samuel daba mucha más confianza.
2) Las modificaciones durante el cotejo: Otamendi ya había fallado en el primer gol y se había echo a amonestar. El pibe era un manojo de nervios. Clemente Rodríguez le podía aportar la posibilidad de abrir la cancha y ser más ofensivo sin desequilibrar a todo el equipo. Pero el técnico postergó más de veinte minutos dicha salida y puso a Pastore, quien era uno de los candidatos a entrar junto a Verón, pero no por el defensor sino por algún volante, ya que el equipo terminó siendo a un más desequilibrado. Al rato sacó a Di María y puso a Agüero, otro delantero que echó más nafta al fuego. Y no pasa por quemar todos los cartuchos, sino que pasa porque se está quemando prestigio. Porque era una invitación y la goleada llegó.
3) Los bajos niveles de los futbolistas: Sin un funcionamiento colectivo aceitado, Argentina siempre dependió de lo que realicen sus jugadores. “Como se levanten los players”, diría Basile, otro DT jugadorista. Y los futbolistas nunca se levantaron, durmieron la siesta durante casi noventa minutos. Casi ninguno se salvó. Tévez y Mascherano pusieron empeño y Messi se vistió de Xavi, Iniesta y Yaya Toure pero él es mejor cuando es Messi. Pero no alcanzó.

sábado, 3 de julio de 2010

Esta pesadilla de ilusiones


La Maquinaria alemana aplastó a Argentina por 4 a 0 con una goleada histórica y la eliminó del Mundial. Todo lo bueno hecho en el torneo se despedazó por mil partes en apenas noventa minutos.

¡Ay Argentina! El sueño se transformó en pesadilla, pero una de las feas, muy feas. Una película de terror. Una de Freddy Kruger, que sus garras nos desgarró y nos sacudió mientras dormitábamos pensando en la corona. Un 4 a 0 inapelable que desnuda todas las falencias que tuvo el equipo durante todo el torneo, o marca un retroceso a los peores momentos de todo el ciclo.
El equipo de Diego Maradona era uno de los mejores conjuntos del Mundial debido a todo su potencial y caudal futbolístico. Por eso criticar al tridente ofensivo compuesto por Higuain, Tévez y Messi es absurdo más allá del poco peso que tuvieron ante Alemania.
La Selección no empezó a perder casi desde el vestuario como se dice cuando hay un gol tempranero. Su decadencia arrancó en la semana. Las dudas en defensa pedían a gritos cambios, sobretodo por el costado derecho y la arrogancia pudo más. “¿Para que cambiar?”, se dijo en el campamento argentino. Del lado de enfrente, estaba el otro cuco. El mismo elenco que había triturado a Inglaterra. Mucho juego en la mitad de la cancha y con espacios daba miedo. Mucho miedo. Sobretodo por los agujeros argentinos en defensa que fueron abundantes ante México, enfrentamiento que se abrió gracias al gol ilegítimo convertido. Pero el árbol nos tapó el bosque.
Nico Otamendi, seguramente pagará los platos rotos pese a jugar en un puesto que no es el suyo y que en sus dos participaciones anteriores había tenido actuaciones correctas. La culpa no es del chancho. El flojo nivel de Demichelis no se notó, esta vez, porque todo el equipo se contagió. Heinze volvió a ser de las Eliminatorias. Se necesitaba cambios en la mitad de la cancha para cortar el circuito germano pero poco importó. Di María solo incidió cuando se fue por derecha, Maxi hizo poco y Mascherano corrió como un perro.
El primer gol llegó tras una distracción de Otamendi en pelota parada. Cabezazo de Muller y a otra cosa. A partir de ahí, la Selección fue un manojo de nervios y cada vez que los teutones aceleraban daba la sensación de que podían convertir otro gol.
A puro corazón pero sin fútbol, Argentina simuló una mejoría pero no tuvo ideas. En el final del primer tiempo y el comienzo del complemento, inquietó pero solo por remates de afuera del área. Falto peso ofensivo.
Y a los 22 minutos otra distracción defensiva, Muller no dio una pelota por perdida y, entre Demichelis y Mascherano que durmieron la siesta, asistió a Podolski, quien cedió para Klose que con el arco vacío sentenció el sueño. Argentina ya estaba groggy. Schweinsteiger se gambeteó hasta el aire y le dio el gol a Friedich. 3 a 0. Ya era demasiado. Los cambios fueron insensatos e invitaban a la goleada. La Selección ya se arrastraba de la misma forma que lo había hecho en las Eliminatorias. El cuarto gol estuvo de más. Pero es la diferencia entre un equipazo y otro conjunto partido a la que solo la salvaron las individualidades para llegar donde llegó.

ARGENTINA 0-4 ALEMANIA
ARGENTINA: Romero 5; Otamendi 3 (69´ Pastore), Demichelis 4, Burdisso 5, Heinze 4; M. Rodríguez 4, Mascherano 5, Di María 5 (74´ Agüero) ; Messi 4; Tevez 5 e Higuain 4
ALEMANIA: Neuer 6; Lahm 7, Mertesacker 6, Friedich 7, Boateng 5; Khedira 6, Schwensteiger 8; Muller 7, Ozil 6, Podolski 7; Klose 7
Goles: 3´ Muller; 67´ y 88´ Klose y 73´ Friedich (ALE)

viernes, 2 de julio de 2010

Chúpate esta Naranja


Brasil, el cuco de todos y máximo candidato para la mayoría, sucumbió ante Holanda por 2 a 1, pese a empezar en ventaja, y fue eliminado del Mundial. El equipo europeo está por cuarta vez en semifinales y se medirá con Uruguay.

Naranja amarga para Brasil, que se le quedó atorada y se quedó afuera del Mundial, por segunda vez consecutiva le tocó en la misma instancia, cuartos de final. En esta oportunidad fue Holanda la que lo eliminó con un 2 a 1 que sorprende a muchos pero no deja demostrar que este equipo europeo es uno de los mejores del certamen.
La Verdeamarelha era una de las mayores candidatas a ganar la Copa. Lo fue mucho más cuando se puso en ventaja porque cuando el conjunto de Dunga se adelantaba en el marcador parecía imposible que se lo den vuelta debido a su solidez defensiva basada en su gran arquero Julio César. Pero puede fallar. El gran portero del Inter demostró que es humano en el momento que el menos esperaba. Salió mal en un centro tirado por Snejder y la pelota se le metió después de rebotar en Felipe Melo –tuvo una tarde noche completa, ya que luego la completó haciéndose echar-.
Luego el cerebro holandés, Snejder, volvió hacer de las suyas. Puso la cabeza a un centro tirado desde la derecha previa peinada de Kujt y Brasil se quedaba afuera. Algo inesperado si tomamos en cuenta que en el primer tiempo fue superior a su adversario pero se dejó estar y finalmente la Naranja terminó justificando la victoria aprovechando el manojo de nervios que era el conjunto sudamericano.
Fue final entonces. Un candidato se va. Pero otro esta más vivo que nunca. Se dice que lo que no te mata, te hace más fuerte. Y Holanda necesitaba esta victoria para creerse que este es el año. Dejaron la ingenuidad de lado, no es sólo juega lindo. A la calidad de sus jugadores le agregó atención en defensa para nunca quedar mal parado. Ojo con esta Naranja que le puede caer pesada a más de uno.

jueves, 1 de julio de 2010

¿Chukrut o asado?


Este sábado, Argentina y Alemania chocarán por un lugar en semifinales en un verdadero clásico del fútbol mundial. Maradona, otra vez, contra los germanos como en el 86´ y 90´ buscando su desempate personal y muchos de estos jugadores intentarán vengarse de lo ocurrido hace cuatro años cuando el anfitrión lo eliminó también en cuartos.
El tiempo pasó pero la herida aun no cerró ni la de Diego Maradona por la final perdida en 1990 ni mucho menos la de los jugadores sobrevivientes de la última eliminación ocurrida hace cuatro años. Ahora Alemania vuelve a estar en el camino y es a matar o morir.
El equipo de Diego poco se parece al de Pekerman, pese a que se repetirían algunos nombres como Heinze, Mascherano, Maxi Rodríguez y Tevez. Messi busca su venganza ahora dentro de la cancha, luego de ver todo el cotejo ante los locales en el banco de suplentes debido a los cambios obligados que tuvo que hacer José por las lesiones de Abbondanzieri y Crespo. Burdisso se había perdido aquel choque por lesión y ahora volvería a estar debido al inconveniente físico de un compañero.
Si Argentina se poco al equipo que sucumbió hace cuatro en los penales, Alemania se parece nada. Apenas repiten Mertesacker, Lahm (ahora se cruzo de banda y es lateral derecho), Schwsteiger (arranca de más atrás), Podolski y Klose. Pero el juego de las diferencias no pasa solo por ausencias y presencias, sino que el DT Joachim Low revolucionó a la selección y le dio prioridad al toque, circulación y volumen de juego. El esquema es un 4-2-3-1 en el que casi todos tienen buen manejo, excepto los centrales y el lateral izquierdo. Ahí es donde el conjunto albiceleste puede sacar rédito. Sin Ballack, los germanos agradecen la frescura que le dieron Khedira, Muller y Ozil. Este último es la revelación del Mundial ya que juega y hace jugar.
Por su parte, el elenco de Maradona tiene un Diez grande en ataque. Es el equipo más goleador del torneo con 10, mientras que su adversario lo sigue con uno menos. Tiene a uno de los artilleros (Higuain) y a una de las figuras (Messi). Pero la defensa no transmite seguridad, el costado de Demichelis no da garantías y darle la pelota a Alemania, como se la dio a México, es suicida porque los teutones tienen un gran remate de larga distancia y una precisión temible para buscar el cabezazo de Klose.
Todo puede pasar en el encuentro, el resultado está abierto. El antecedente inmediato es alentador cuando Argentina ganó el amistoso jugado en marzo pasado, pero esto es un Mundial y se sabe que Alemania se transforma en este tipo de certámenes. Por Mundiales, el combinado sudamericano solo ganó una vez y fue en la final de México 86, con Diego en la cancha, por 3 a 2. Cuatro años después se volvieron a ver las caras en la misma instancia y los germanos le provocaron la última desazón a Diego en una cancha con la camiseta nacional. Ahora Maradona va por el bueno. En los otros dos choques previos, hubo un empate sin goles (en Inglaterra 66) y una derrota por 3 a 1 (en Suecia 58).

El Grupo de los 8

Sudáfrica 2010 ya entró en su etapa decisiva. El viernes arranca los cuartos de final con el duelo atrapante entre Brasil y Holanda. Entre ese día y el sábado dirimirán un lugar en las semifinales: Uruguay-Ghana, Argentina-Alemania y España-Paraguay.

El Mundial ya entra en etapa de definiciones. Parece mentira pero en sólo diez días se sabrá que país gobernará el planeta futbolero por cuatro años, teniendo en cuenta que el campeón defensor, Italia, ya abdicó pero falta su sucesor. También se cayeron de un hondazo algunos pretendientes como Inglaterra, Portugal y Francia.
Los cuartos arranca con Brasil-Holanda, dos candidatos que chocan en una especie de semifinal anticipada ya que el sobreviviente se verá las caras con la sorpresa del Mundial, rótulo que quedará destinado al vencedor de Uruguay-Ghana. Seguramente serán huesos duros de roer pero a la postre, salvo un milagro, se lo sacarán de encima.
La otra llave aparece más compleja y no por el lado de España, que con vencer a Paraguay estará por primera vez entre los cuatro mejores por primera vez en sesenta años. La Furia aparece como seria candidata.
El duelo de cuartos más abierto parece el de Argentina-Alemania, salvo a un pulpo a nadie se le puede ocurrir vaticinar un resultado. Cuatro años después, selecciones parecidas pero diferentes se vuelven a juntar. Cualquier cosa puede pasar. Si no fuera por el marco y contexto, que provocará ciertos miedos y temores, el partido sería el más abierto y apasionante ya que llegan los equipos con mayor caudal de fútbol de lo que va del Mundial.

EL PROGRAMA
BRASIL-HOLANDA. Viernes 11 hs. Porth Elizabeth
URUGUAY-GHANA. Viernes 15:30. Johannesburgo (Soccer City)
ALEMANIA-ARGENTINA. Sábado 11 hs. Ciudad del Cabo
ESPAÑA-PARAGUAY. Sábado 15:30 hs. Johannesburgo (Ellis Park)

POSICIONES FINALES DEL NOVENO AL DECIMO SEXTO PUESTO
9. Portugal
10. Japón
11. Chile
12. Estados Unidos
13. Inglaterra
14. México
15. Corea del Sur
16. Eslovaquia