lunes, 25 de julio de 2011

El último mamarracho de Grondona


La reestructuración de la Primera División provocará alivios en varios clubes pero provocará el bajo nivel del fútbol argentino.

Quizás por primera vez, Julio Humberto Grondona teme perder el apoyo de los dirigentes. Por eso, acompaña ideas surrealistas como la de aumentar el cupo de Primera de 20 a 40 equipos. En un verdadero mamarracho, el Jefe decidió tratar este lunes, la idea de modificar el formato de todo el fútbol argentino.
El Consejo Federal hace rato pedía más peso en la AFA debido a las buenas perfomances de dichas instituciones en los torneos principales. Una muestra clara es el ascenso de cuatro equipos del Interior a Primera en el último certamen. Los clubes chicos del ascenso también querían una modificación hace años. Pero tenía que pasar algo. Algo que sacuda al fútbol argentino de su propias entrañas. Y eso fue el descenso de River.
Hace rato se intentaba modificar el fútbol de ascenso para ahorrar gastos. Pero no había quórum. Hubo un antecedente en 1996. Ese año había descendido Arsenal de la B Nacional a la B Metro, pero don Julio ni lerdo ni perezoso modificó la estructura de la división. De 22 conjuntos todo pasó a 32, divididos en dos zonas de 16. De un lado, los directamente afiliados. Del otro, los del Interior. La idea duró realmente poco. Con descensos paulatinos, la categoría más grande del ascenso alcanzó la misma cantidad de elencos que la Primera división.
En los últimos años se hablaba otra vez de volver a modificar la PBN, nada se hablaba de la Primera División. Pero el descenso de River, sobretodo, y de otras instituciones como Rosario Central, que no pudo ascender en su primer año luego del descenso; Quilmes, Huracán y Gimnasia, hizo que se quemarán los papeles.
¿Cómo se le ocurrió a don Julio esta nueva norma? No se le ocurrió. Robó la idea que era ni más ni menos que de su principal contrincante en la lucha por el sillón de la calle Viamonte. Este adversario es Daniel Vila, dueño del canal América y presidente de Independiente Rivadavia, quien le presentó el bosquejo a gente vinculada con River, quienes luego agarraron a Don Julio en la presentación de la Copa América. Y a Grondona le gustó pero no porque le interese salvar a los equipos, sino que le interesa que el propio Vila no gane adeptos, que luego le compliquen su idea de perpetuarse en el poder.
Este nuevo formato también provocará la desaparición de los promedios para esta temporada en Primera. Los ascendidos y los equipos chicos estarán felices y aliviados ya que podrán hacer pata ancha en la categoría superior. Pero sobretodo, el resto de los grandes que sobreviven en Primera, como Racing, San Lorenzo, Boca y, en menor medida, Independiente no deberán ojear sus flacos índices por la permanencia.
Los clubes del fútbol argentinos quedarán todos beneficiados. Los grandes, los chicos, los ascendidos, los recién descendidos, los del Interior. Pero el principal perjudicado será el fútbol argentino. En un verdadero despropósito provocará el bajo nivel de los partidos, porque al no sentir el filo de la guillotina, habrá conformismo y dejadez. Además, el torneo más parejo y mejor organizado como lo es el Nacional B dejará de existir. Una locura. O un mamarracho. Uno más de la gestión Grondona. Y van…

viernes, 22 de julio de 2011

¿Alguien quiere seguir con esto?

Batista está al borde del despido luego del rotundo fracaso en la Copa América. La reunión del Comité Ejecutivo de la AFA de la semana que viene será clave para definir el futuro del Seleccionador. Mientras tanto, Grondona sigue atrincherado y su autocrítica es nula.







A casi una semana de la eliminación de la Selección argentina de la Copa América, todavía el futuro es incierto. El Comité Ejecutivo de la AFA llamó a una reunión de último momento para tratar la dimisión o confirmación del Checho Batista como entrenador.
El ciclo del ex volante de Argentinos Juniors y River había empezado de buena forma, con motivos para ilusionarse, como la goleada ante España, el triunfo resonante en Brasil y aquel primer tiempo ante Estados Unidos, partido que si bien había finalizado en empate, el conjunto albiceleste había demostrado que su idea del toque vistoso podía plasmarse en la cancha.
Pero luego llegaron los cimbronazos como el affaire Tevez y el cruce de declaraciones de Batista y Grondona, antes, durante y después de la gira del equipo C por Nigeria y Polonia. Con el episodio con Carlitos, el DT dejó en evidencia un manual de contradicciones que si bien podía demostrar que no era capricho, a la postre terminó siendo un arma de doble filo.
En los primeros dos partidos, ante Bolivia y Colombia, la producción fue alarmante. Apenas arañó un empate ante el peor combinado del continente y, luego, los cafeteros lo superaron en todo momento. A 45´minutos de quedarse afuera en primera ronda, estuvo la Selección. Ese tiempo le costó quebrar el cerrojo defensivo del aficionado equipo de Costa Rica. Más allá de que tuvo situaciones de gol, en esa parte inicial, la sensación seguía siendo preocupante.
La falta de carácter se acentúo ante Uruguay. Los charrúas jugaron con un jugador menos durante más de un tiempo. Sin embargo, llevaron el duelo como quisieron. A la Selección le faltó personalidad y liderazgo, tanto adentro como afuera de la cancha. Salvo Messi, los demás no tienen derecho al pataleo. Todos, en mayor o menor medida, salvo algunas contadas excepciones, hicieron méritos como para ser borrados en la siguiente convocatoria.
¿Quién hará la citación para el siguiente compromiso? ¿Batista? Al Checho, un técnico que nunca tuvo pergaminos para dirigir al Seleccionado, le faltó muñeca para evitar el choque contra el iceberg. Nadie sabe como cayó y se puso el buzo de DT. El Titanic ya se hundió, lo que está seguro es que el verdadero culpable de todas estas decepciones, el verdadero capitán, el señor Julio Humberto Grondona, ya está en un bote para salir ileso de otra debacle del fútbol argentino.

lunes, 18 de julio de 2011

Separando la cizaña del trigo


Solo se salvan Messi, Gago, Romero y, en menor medida, Agüero e Higuain. Los demás pasaron de partidos buenos a muy malos como Burdisso o Di María. Además el pobre aporte de los símbolos como Tevez, Masche y el Pupi, y las pésimas actuaciones de Milito y Lavezzi.


Tras la eliminación de la Selección llega el momento del análisis de los jugadores. Los mismos que obligaron la renuncia del Coco Basile, o que dieron pena en las Eliminatorias con Maradona y en el mismo choque decisivo que nos hizo volver ante Alemania. Pocas veces, Argentina jugó tan mal, y por largo tiempo, como viene sucediendo hace mucho tiempo. Y si bien el problema es de raíz, leáse Grondona. Los futbolistas son en gran parte, responsables. Es verdad faltan elementos en algunos puestos claves y eso ya no pasa por la culpa del entrenador o de los players, sino de la escasez de jugadores, un déficit que hay que empezar a trabajar en inferiores.
Pero es otro tema, ahora hay que tomar decisiones, y separar la cizaña del trigo. Y saber que jugadores merecen otra oportunidad y quienes no. En el uno por uno de los jugadores, porque la verdad se ve en el verde césped, y allí solo se ve un equipo en el que las individualidades no rinden, como en sus clubes, pero que tampoco tiene carácter y la técnica que muchos creen que el futbolista argentino tiene en sus genes.
LOS APROBADOS
Lionel Messi, promedio de Siamo Fuori de 7 Es el mejor del mundo pero en la Selección lo demuestra con cuentagotas. No está bien acompañado, de eso no hay dudas. A veces parece que el habla español y los demás hablan en maya. Está más solo que Pinochet, el día del amigo. Sin dudas, que siente la camiseta como pocos. Tal vez, en demasía. Incluso tal vez por eso, haya algun atisbo psicológico que no le permite definir las jugadas que el mismo genera para sí mismo. Pero cuantos goles generó el para los demás, los últimos tres fueron casi más merito suyo que de los compañeros que definieron las jugadas.
Fernando Gago (6,50): Entró casi por la ventana debido a su nula participación en el Real Madrid. Ingresó contra Colombia, y no incidió pero contra Costa Rica fue el principal socio de Messi, y también repitió esa perfomance durante algunos pasajes contra Uruguay. Se ganó el respeto de muchos que desconfiaban y fue uno de los sobrevivientes de este naufragio.
Sergio Romero, (6,25), Flojo debut, pero evitó la derrota con Colombia. A veces le falta seguridad a la hora de retener la pelota. Pero da la sensación de que es uno de los pocos que se pudo salvar del incendio, y encima lo hizo en un puesto muy complicado.
Sergio Agüero (6): Goleador del equipo y, al menos, hasta las semifinales de la Copa. Aportó tres tantos y una esperanzadora sociedad, aunque de a ratos, con Messi. Aunque ante Uruguay pasó desapercibido completamente.
Gonzalo Higuaín (5,5): Convirtió ante Uruguay. Remató mal el penal pero igualmente entró. Desperdició muchas situaciones, aunque mostró una cierta dosis de movimientos interesantes.
APROBADOS CON RESERVAS
Pablo Zabaleta (5,33): No sobresalió nunca pero cumplió en un puesto en el que, sin Zanetti ya, no debería tener competencia. Merece la confianza para que abandone la timidez y se transforme en un lateral decidido en ataque, algo que solo hizo con cuentagotas.
Nicolás Burdissos (5, 25): Abusó de los foules, innecesarios y peligrosos cerca del área, algo que se convirtió en la principal vía de Uruguay para atacar. Sin mucho trabajo ante Bolivia y Costa Rica, había cumplido en esos cotejos y ante Colombia fue el menos malo. Tuvo carácter para patear el penal y convertirlo, algo que no es poca cosa. Tiene liderazgo. Debería tranquilizarse y no abusar de los foules innecesario. Pero mantiene el crédito.
Javier Pastore (5): Apenas jugó minutos importantes contra Uruguay, ya que en el rato ante los tecos no puede ser evaluado. Ante la Celeste mostró pincelazos pero se esperaba más de él. Tal vez llegue el momento de dar la confianza que necesita.
Angel Di María (5): Un gol ante Costa Rica, aunque sea el tercero de un 3-0, maquilla una pálida imagen en lo global. Por momentos anduvo bien, en otros tomó decisiones equivocadas. Mantiene su lugar porque es joven y juega en un equipo importante como el Real. Pero su actuación en la Copa América está en deuda.
Lucas Biglia (5): Solo jugó el suplementario ante Uruguay. Lo suyo no fue ni bueno ni malo. Anteriormente había jugado un rato en el duelo final de la primera ronda. Jugador del técnico, su destino en la Selección, parece ir ligado a lo que suceda con Batista.
Aplazos:
Javier Mascherano (4, 75): El capitán falló en los momentos claves. Una tonta expulsión fue el broche a una pálida imagen que contó solo con un partido contra Costa Rica aceptable. Después no cortó tantas pelotas –su ubicación en el Barcelona, como central, lo habrá dejado falto de ritmo para estar en el medio campo-. Lo cierto es que tuvo una pobre actuación, a tal punto que para algunos, ya dejó de ser intocable.
Javier Zanetti (4,5): Ya no es el de antes. Su revancha personal y merecida no pudo ser. Por edad, en agosto cumple 38 años, su ciclo en la Selección está cumplido.
Carlos Tevez (4,33): Lo que más aportó fue confusión. Incluso afuera con declaraciones inoportunass como la de “que no quería que lo evalúen ya que no juega en su puesto”. Nunca engranó con Messi, y esto ya parece adrede, pero de los dos lados. Contra la Celeste había mejorado su actuación, mostrándose más activo pero su penal errado termina condenándolo. El Apache debe volver a ser el que fue, ese incisivo delantero que brilló en Boca, en Brasil y en Europa. Su juego es ese, y no ese chamuyo del jugador del pueblo que solo va al choque.
Gabriel Milito (4): Lejos el peor de todos los futbolistas que jugaron los cuatro partidos. Estuvo fuera de ritmo durante todos los cotejos. Contra Colombia y Uruguay mostró su peor faceta. Lento, impreciso con los pases y propenso a las faltas.
Ever Banega (4): Antes de la Copa era el socio de Messi. Lo fue hasta el segundo tiempo ante Bolivia. Después cometió el autogol y desapareció tanto en lo que quedó en el duelo ante los de Altiplano como ante Colombia. Le faltó personalidad para sobreponerse a ese error garrafal.
Esteban Cambiasso (4): Otro que cumplió su ciclo en la Selección. Impreciso y, curiosamente, demasiado quieto. Si bien apenas en agosto cumple 31 años, su desempeño en la Selección, en los momentos calientes no fue el esperado. Habrá que buscar sangre joven en ese puesto y solo si no se encuentra recambio, volver a utilizarlo.
Marcos Rojo (4): Su desempeño en la Copa, más allá de su nulo aporte en la Copa, es un fiel reflejo de lo que es Batista y su continua confusión. Lo hizo jugar en amistosos como si fuera el 3 del futuro, basto un flojísimo desempeño en el debut para devolverlo al ostracismo.
Ezequiel Lavezzi (3,5): Muy pobre ante Bolivia y Colombia. Contra Costa Rica jugó poco y lo único que hizo fue un foul innecesario para sumar su segunda amonestación y perderse el clásico rioplatense.
No jugaron ni un minuto: Juan Pablo Carrizo, Mariano Andujar, Nicolás Pareja, Ezequiel Garay y Diego Milito. De estos, todos, salvo Milito por su continua pobre actuación con el Seleccionado y sus ya 32 años, merecen otra oportunidad.

Sudamérica se volvió loca

Con Argentina y Brasil afuera, la Copa América tiene cuatro semifinalistas que no eran favoritos en los duelos de cuartos pero tuvieron el carácter que les faltó a otros.

Nadie se podía imaginar antes del comienzo del torneo que ni Brasil ni Argentina iban a quedarse afuera antes de las semifinales. Hace no tantas ediciones atrás, solo un soñador podía aventurar que Venezuela podía estar en dicha instancia. Pero, los resultados de cuartos de final determinaron que los cuatro mejores equipos del continental sean: Perú, Uruguay, Paraguay y la vieja Cenicienta del continente.
Lo de Uruguay y Paraguay no asombra. La Celeste terminó cuarta en Sudáfrica y los guaraníes tuvieron en jaque a España, que a la postre sería campeón. Si provoca estupor que sus víctimas fueron ni más ni que Argentina o Brasil. El local nunca estuvo a la altura y los cariocas merecieron mucha mejor suerte en el cotejo ante los paraguayos. Incluso hasta el propio DT Martino, dijo que “tuvieron suerte”. Por eso, lo de la Verdeamarelha no es tan grave como lo de Argentina.
Colombia, que había ganado su grupo y dejado al borde del ridículo al anfitrión, partía como amplio favorito ante el modesto conjunto peruano que silenciosamente había eliminado al joven equipo mexicano y complicado en demasía a Chile y a Uruguay. Sin embargo, los cafeteros fallaron en la definición y Perú se aprovechó de los errores del arquero Martínez. Justamente fue la diferencia de portero Fernández porque el suyo fue decisivo pero para bien.
Chile tenía todo para el gran salto pero como siempre falló. Hasta la organización parecía más una copa chilena que argentina, ya que no se movía del radio de San Juan o Mendoza. No tuvo carácter para ponerse el traje de candidato y Venezuela lo eliminó. La Vinotinto jugó un gran primer tiempo y en el complemento tuvo la respuesta anímica de levantarse luego del empate trasandino.
Así todo queda en manos de esos cuatro equipos, mencionados en el primer párrafo. Uruguay y Paraguay, son favoritos pero Perú parece que se transforma en suelo argentino y Venezuela ya amenazó con seguir haciendo historia.
Sin embargo, podemos decir que no solo son resultados productos del azar, sino que se trata del trabajo. El fútbol sudamericano se ha emparajado. Y tienen un nivel superior a otras latitudes del globo. Quedó demostrado en el último Mundial, y la recuperación de equipos como Colombia y Perú, o el crecimiento de Venezuela, hace que las Eliminatorias también prometen ser apasionantes.

sábado, 16 de julio de 2011

El fin del sueño


La Selección no supo jugar como equipo y cayó por penales ante Uruguay. En un clásico que tuvo todos los condimentos, un expulsado por cada lado, goles y un final dramático que dejó al organizador afuera de la Copa América.



Una nueva frustración. Una más. Como viene ocurriendo en los últimos 18 años, la Selección no pudo quedarse con un trofeo a nivel de mayores. Esta vez, fue la Copa América la que le fue esquiva. Otra vez en cuartos de final, que ya parece un karma, porque fue en la misma instancia en la quedó eliminado en los últimos dos Mundiales. Otra vez los penales, como en la final del torneo continental de 2004.
Pero este rotundo fracaso del equipo argentino, tiene otras aristas que analizar. Pero en lo que fue el último partido, el conjunto de Checho Batista no pudo quebrantar ni la defensa ni el espíritu de un Uruguay, que se recibió de equipo durante el pasado Mundial. Y supo como jugar un verdadero clásico. ¿Equipo? Palabra desconocida en el campamento argentino. Cada uno tira agua para su molino y un par de grandes individuales poco puede hacer ante la unión de todo un combinado, como el uruguayo, donde no hay celos, ni vedettismo.
La Celeste iba a ser un duro rival de antemano, metiendo presión en la mitad de la cancha con Diego Pérez y Arevalo Ríos tratando de cortar el circuito de Gago y Messi. Con Martín Caceres, ex Barcelona, parado en el lateral para intentar frenar a Messi. Más los puntas endiablados que tiene la Celeste, y que no se achican en su Selección. Entonces, cualquiera podía darse cuenta que el adversario no era moco de pavo y encima Argentina tiene que jugar contra Argentina y sus dudas, y Argentina y sus miedos.
Para colmo, los defensores argentinos tuvieron problemas en el retroceso y abusaron de foules inútiles. En uno de esos primeros arrebatos, el Ruso Pérez abrió el marcador aprovechando una siesta en una pelota parada. Pero de a poco, el retroceso de los orientales se empezó a tornar excesivo. Messi empezó a incidir en el juego, y eso es siempre algo alarmante para cualquier defensa.
Gago se encontró con Lio a cuentagotas, si lo comparamos con el cotejo ante el aficionado equipo de Costa Rica, pero uno de esos encuentros, derivó en un perfecto centro del crack del Barcelona que encontró la cabeza del Pipa Higuaín para igualar el cotejo. Ahí Argentina tuvo el partido en sus manos. La pelota y el terreno era monopolio argentino. Pero las chances no abundaron, y generalmente, las terminaciones de las jugadas encontraron a un Muslera, muy bien ubicado.
Antes, que se termine el primer tiempo, el Ruso Pérez, quien caminó durante todo ese período por la cornisa, fue expulsado. Sin embargo, antes y después la Celeste tuvo chances de volver a desnivelar siempre por pelota parada. Lugano tuvo de hijo a los defensores argentinos en cada centro.
En el complemento, pese a la diferencia numérica, el visitante se paró todavía mejor. Argentina abusó del traslado excesivo y toques intrascendentes. A tal punto, que el partido pudo estar para cualquiera. Ni Pastore aportó claridad; ni Tevez, desequilibrio. Fue todo más de lo mismo.
Cuando los 90 minutos se morían, Mascherano cometió un foul inútil en mitad de cancha, en un acción poco inteligente para un capitán. Argentina podría haberse aprovechado durante el alargue con un jugador más, aprovechando el cansancio de su oponente, pero el ex River emparejó la situación.
El suplementario pude ser de cualquiera. El anfitrión tuvo sus chances pero el conjunto del Maestro también se animó. Y así llegaron los penales. Tevez erró su remate, y agigantó la figura de Muslera. El fiasco que es esta Selección fue derecho hacía el iceberg. Casi todos fallaron. Pocos se salvaron en lo global y empieza una nueva historia. Pero a despertarse. La Selección hace 18 años que no gana nada. Eso sería ver el lado resultadista de las cosas. Pero hace por lo menos cuatro, desde la anterior Copa América, que se arrastra por las canchas sudamericanas y en otras partes del globo también. Ojo. A la Selección le faltó mucho mas que meter un penal más que Uruguay. Le faltó orden, serenidad, coraje y fútbol.

ARGENTINA 1(4)-URUGUAY 1 (5)
ARG: Romero 6; Zabaleta 5, Burdisso 4, Milito 3, Zanetti 4; Gago 6 (Biglia 5), Mascherano 4, Di María 4 (Pastore 5); Messi 8, Higuaín 6, Agüero 4 (Tevez 4)
URU: Muslera 9; Pereira 7, Lugano 7, Victorino 6 (Scotti 6), Caceres 6; A.Gonzalez 6, Arevalo 5, Pérez 5, A. Pereira 6; Forlán 6, Suárez 6

martes, 12 de julio de 2011

Levántate y anda


Argentina goleó a Costa Rica y se clasificó a cuartos de final de la Copa América. Con un Messi intratable, y un Gago que fue el motor del equipo, el elenco de Batista trituró al modesto equipo de Lavolpe. El Kun Agüero marcó los dos primeros goles y el restante lo hizo Di María.

Reaccionó. Tuvo que estar sobre las cuerdas. A casi un tiempo de la eliminación. Pero Argentina hizo pie y trituró al débil Costa Rica, que en definitiva fue menos de lo esperado luego de su victoria sobre Bolivia. Costó pero llegó. Los cambios dieron sus frutos. Messi ubicado bien sobre el costado derecho, bien cerca de Gago, que se convirtió en el socio perfecto.
Pintita cortó muchas pelotas y encima a la hora de jugar hizo todo bien. Pelotas a los compañeros, tantos en los pases fáciles como en la estocadas para empezar cada ataque. Cuando el partido fue partido, el ex Boca fue el mejor. Luego Messi terminó de darle el golpe de nocaut a un groggy y modesto equipo caribeño.
En ese arranque quedó bien en claro que el esquema era el mismo pero los hombres diferentes. Di María fue mas incisivo que el Cuchu Cambiasso, Higuain fue bien nueve, y el Kun por izquierda. En esos primeros minutos, la Selección fue más que Costa Rica, que por momentos se defendió hasta una línea de siete jugadores. Todos atrás. Algunos jugadores con varios errores conceptuales como si fuera aficionados, que es lo que realmente son.
Había supremacía argentina pero no se reflejaba en la red. Pasada la primera media hora, sin alcanzar momentos de zozobra, el conjunto del Checho se mostró algo nervioso y quedó mal parado atrás, obligando a las amonestaciones de Milito y Zanetti. Pero ahí se terminó de despertar Messi. Di María acompañó al crack de Barcelona y Gago seguía siendo el conductor. Ahí con el agua al cuello, la Selección aceleró.
Y llegó la apertura del marcador, ya en tiempo de descuento. Tras un rebote, Gago metió una volea, y de casualidad, el arquero alcanzó a rechazar. El rebote le quedó a Agüero que mandó la pelota a la red.
En el complemento, fue el show de Messi, quien demostró que no solo es definidor, si no que también puede ser el armador. Le cedió el segundo gol al Kun. Después hizo lo propio con Di María. Solo faltó su tanto. Pero el crack del Barcelona demostró que en un momento complicado, como era el del equipo argentino, puede lucirse.
El resto no tuvo grandes trabajos ante un rival tibio que solo se preparó para empatar. Después de la apertura se le quemó el libreto. Ahí Argentina brilló. Después del primer gol. Ahora los rivales van a ser mucho más complicados. Más que Bolivia o Costa Rica. Ahora empieza la hora de la verdad.

ARGENTINA 3-0 COSTA RICA
ARG: Romero 6; Zabaleta 6, Burdisso 6, Milito 5, Zanetti 5; Gago 8, Mascherano 6, Di María 7; Messi 9, Higuaín 5, Agüero 8

viernes, 8 de julio de 2011

Iceberg a la vista


La Selección volvió a empatar, esta vez sin goles ante Colombia, y sigue a la deriva. Le tiene que ganar a Costa Rica para no depender lo que pasa en otras zonas y clasificar como uno de los mejores terceros.


Argentina sigue sorprendiendo. Para mal. Cuando parecía que había tocado fondo en las últimas eliminatorias, cuando Palermo la clasificó de milagro. Pero ahora, la Selección de Batista parece empeñada en superar todo lo malo que hizo el equipo de Maradona durante el proceso anterior.
El conjunto de Checho juega tan mal como el de Diego. Este parece tener una identidad, o parecía tenerla hasta que empezó la gran competencia. Hasta los amistosos todo parecía color de rosa, cuando del equipo de gala, se hablaba. Curiosamente otra vez Bolivia desnudó las falencias de esas dos selecciones. Aquella vez fue con el 6-1 tremendo de La Paz, ahora fue un frío empate en La Plata.
Pero el combinado albiceleste tuvo la chance de levantar, esta vez ante Colombia. Pero los cafeteros estuvieron a punto de darle un nuevo golpe en su propio suelo. Tan histórico como ese 0-5 del 93´. Porque hubiese dejado a Argentina al borde de la eliminación, de un torneo en el que hasta se clasifican los dos mejores terceros. Tal vez el mayor papelón de la historia. Peor que el Desastre de Suecía ´58. O el fracaso de Corea-Japón.
El cuadro del Bolillo Gómez se adueñó de la pelota, y se abrió en un abanico para lastimar por los costados con Ramos y Moreno, más la presencia amenazante de Falcao García. Tuvo dos claras, pero primero Ramos la tiró por afuera, y luego Moreno remató ancho, luego de que Burdisso cometiera penal, luego de un horror defensivo de Milito.
La visita esperaba bien parado atrás, con la idea de cortar lo más arriba posible pero por las dudas, tenía un triple cinco con Sanchez, Aguilar y Guarín, que cortaba y jugaba, pero con una asfixiante marca, desde la misma concepción de la jugada, y nublaba a los menos dotados técnicamente como lo son los zagueros y Mascherano, de muy pobre partido, en el que casi no paró a nadie.
Con errores defensivos, que casi no se habían visto contra Bolivia, producto evidentemente de la poca profundidad de los del Altiplano, lo del medio hacia adelante también fue peor. Banega nunca incidió en el juego. Cambiasso menos. Lavezzi es un torbellino de buena voluntad. Y Tevez.¿ Que se puede decir de Carlitos? Que corre, que mete. Pero eso no sirve para un delantero. Tal vez todo sea producto, de la impotencia al ver a compañeros inexpresivos. Pero el debería ser el socio de Messi y no el de Mascherano para recuperar la pelota.
El párrafo único es para Messi. El crack del Barcelona a veces hace una de más. Muchas veces por egoísta. Pero la mayoría de las veces lo hace porque nadie lo acompaña. Los volantes se la dan para que se arregle y los compañeros de ataque hacen la suya. Tiene varios defectos el Messi de la Selección. Su personalidad no lo ayuda mucho. Parece que a la primera que no le rinde, se desmorona. Y así queda lejos de ser el salvador. Le quedan pocas excusas. Porque ya está cerca de dejar ser un pibe. Pero el crédito está abierto.
Solo hay tres formas de que Argentina le gane a Costa Rica, y se clasifique por mérito propio. La primera, es que Batista arme un equipo compacto, y mande a la cancha entre otros a Pastore, un jugador que le puede aportar una sociedad con Messi. La segunda es que Carlitos deje de lado el chamuyo del jugador del pueblo y se ponga las pilas, como el delantero incisivo y decisivo que el puede ser, como lo fue en Boca, en el City o en los Juegos Olímpicos. La tercera es que Lio frote la lámpara y que por fin haga callar a los que hablan de más. Después de estos dos partidos, y ver lo que hizo Costa Rica contra Bolivia, también hay otra opción: Rezar. Solo eso puede hacer que este Gigante no encuentre su Iceberg ni más ni menos que en su propio mar.
ARGENTINA 0-0 COLOMBIA
ARG: Romero 8, Zabaleta 5, Burdisso 5, Milito 3, Zanetti 4; Banega 4, Mascherano 4, Cambiasso 4; Lavezzi 4, Messi 5, Tevez 4. Ingresaron Gago 5, Agüero 4 e Higuain (sp)
COL: Martínez 6; Zuñiga 6, Perea 7, Yepes 6, Armero 6; Sanchez 7; Guarin 7, Aguilar 6; Moreno 6, Ramos 6; Falcao 6

sábado, 2 de julio de 2011

¡Que frío!


Argentina apenas pudo rescatar un empate en la helada noche de La Plata ante Bolivia. El gol de Agüero sirve para evitar la derrota en el debut de la Copa América.


Aquella goleada contra España hizo ilusionar. Lo mismo que la victoria sobre Brasil, con gol de Messi. El mismo astro como abanderado del tiki-tiki versión albiceleste en aquel gran primer tiempo ante Estados Unidos en la gira previa, hacía creer que el proyecto Batista iba a llegar lejos. Y si bien, solo es el primer partido de competencia más importante después del Mundial. Las dudas han vuelto y son muchas.
El conjunto albiceleste volvió a ser ese equipo timorato de las Eliminatorias, en donde la participación de Messi es infinitamente inferior a lo que hace en Barcelona. Al menos anoche, Lio fue de lo mejorcito del medio hacia adelante pero solo en el primer tiempo. En el complemento, con la desventaja en el marcador, casi que desapareció. Poco. Suficiente para ser el menos malo de un equipo sin brillo. Insuficiente para el mejor del planeta.
Las dudas que generó el equipo C que fue a la gira por Polonia y Nigeria, habían quedado de lado para este torneo. Porque el combinado de gala siempre había demostrado tener al menos una idea, al menos con el traslado limpio del balón y la búsqueda de los claros para progresar en ataque. Eso se vio pocas veces en la congelada noche platense.
Sí es verdad, Messi no es el mismo del Barcelona. Pero el de ayer no fue el Tevez del City. O mucho menos el Lavezzi que vuelve locos a los napolitanos. O Cambiasso no fue el mismo relojito que es en Inter. Se le cae a Messi, porque es el mejor. Pero los demás no lo ayudaron. El Apache fue algo más incisivo que el ex San Lorenzo pero sigue más pendiente de ser el jugador del pueblo, ese que pelea más de lo que juega, que en ser el socio de Lio.
Banega era el mejor del equipo hasta que se mandó semejante macana en el gol de Bolivia. Después no hizo nada bien. Mascherano juega más para la tribuna que para el equipo. Zanetti de a ratos se parece aquel Pupi que era un tractor por derecha. Rojo podría llamarse verde de apellido porque todavía le falta. Solo los centrales aprobaron pero fue porque no fueron tan atacados.
Es que Bolivia prácticamente solo se dedicó a destruir el juego argentino. El cerrojo defensivo fue impenetrable porque Argentina abusó del juego por el centro. Tevez y Messi empecinados con la individual. Solo cuando se les acercó Banega, hubo lindos circuitos ofensivos. En cambio, los muchachos del altiplano obsesionados con no dejar espacios para el ataque albiceleste se dieron cuenta que los de enfrente no eran invencibles.
Empezaron a complicar con la movilidad de Rojas y Marcelo Martins. Así tuvieron alguna que otra situación más forzada por la impericia argentina de generar fútbol propio y cortar el ajeno que por mérito boliviano. Así llegó el gol, cuando los equipos se reacomodan en el complemento. Rojas metió el taco y Banega casi que emuló a Mascherano en el gol de Perú de las Eliminatorias pero no tanto. Al menos lo de Ever fue inconsciente. Quiso pisarla y la pelota se le metió por debajo de la suela.
La gente no salía de su asombro. Banega desapareció de la cancha, Messi y Tevez estuvieron presentes pero hasta ahí nomás. Lavezzi nunca estuvo. Hubo chances para empatar pero, si bien tuvo intervenciones buenas el arquero Arias, ninguna fue la gran cosa. Si tuvo un gran susto Romero, a quien se le puede echar algo de culpa en el gol o en algún centro mal salido. Pero el ex arquero de Racing tuvo una gran atajada cuando Martins lo quiso gambetear y él por duplicado evitó la segunda caída de su valla.
Ya había entrado Di María en el entretiempo que provocó más confusión al bosquejo táctico argentino. Porque fue de punta y el que bajó a volantear fue Messi. Mascherano se fue de líbero y cuando iba a cortar, regalaba espacios. Pero el ingreso de Agüero le dio más frescura al ataque argentino. Marcó el golazo del empate, tras una pelota que le bajó Burdisso, quien fue el futbolista albiceleste más regular.
El empate abre un mar de dudas en el campamento argentino. ¿Dónde se pone a Messi? ¿Puede jugar con Tevez? ¿ Banega tendrá su revancha? ¿Lavezzi tendrá otra oportunidad o es el tiempo de que salga de entrada el Kun? Esos interrogantes se revelarán durante los días venideros. Colombia ya le ganó a Costa Rica y quedó líder en la zona. Así que el conjunto del Checho debe ganar el miércoles para seguir soñando con el primer puesto. Lo seguro a esta altura es que el flojo nivel del seleccionado ya no es culpa ni de Basile, ni de Maradona, ni de Batista.

FORMACION ARGENTINA:
Romero 5; Zanetti 5, Burdisso 6, Milito 5, Rojo 5; Banega 4, Mascherano 5, Cambiasso 4; Lavezzi 3, Tevez 4, Messi 6. Ingresaron: Di María 4 y Agüero 7

De tanto andar por la cornisa


En su tercera Promoción consecutiva para mantener la categoría, esta vez Gimnasia no pudo y descendió al Nacional B. El empate en un gol decretó el ascenso de San Martín de San Juan, que hizo valer el 1 a 0 conseguido en la ida.


Era de esperar. Algún día iba a pasar. Si no sucedía este año, seguramente iba a ocurrir en el siguiente porque iba arrancar con el peor promedio de todos. Finalmente, Gimnasia perdió la categoría y descendió al Nacional B. San Martín de San Juan demostró su buen funcionamiento y logró su segundo ascenso a Primera.
Erróneamente se cree que definir en casa es una ventaja pero no lo es. En definitiva, es muy factible que así corras de atrás. El Lobo, encima tenía mal críadaa a su gente debido a que ya había superado en los dos años anteriores la misma instancia ante Rafaela, y en situaciones más apremiantes aún como la primera en 2009, cuando levantaron un 0-3.
Pero la tercera fue la vencida. Esta vez, el rival supo cuidar la ventaja. E incluso marcó el primer gol de la revancha, casi desde el vestuario. Penco le ganó las espaldas a los defensores y decretó la apertura del marcador. Para el local era peor que haber perdido el primer chico por dos goles.
Mostró coraje y amor propio el Lobo, con Rinaudo como abanderado, más la experiencia del Guille. A la mayoría de los chicos Triperos les pesó el partido, pero se mantuvieron a flote, incluso después de quedarse con uno menos. Ahí cuando parecía perdido llegó el empate de Vizcarra que rebotó en el segurísimo Zamponi, ex jugador de Excursionistas demostrando los buenos valores que hay en las categorías menores del ascenso argentino.
No hubo tiempo más. Solo la expulsión del goleador visitante Penco que le agregó mas dramatismo al final. O el ingreso de Messera, Tripero de ley, que le agregó algo más de morbo. Fue final. La triste despedida para la carrera del Melli, que se despidió con la tristeza que genera un descenso pero con la tranquilidad que dio lo que pudo, y más también.