lunes, 24 de enero de 2011

Va tomando color


Boca le ganó a River por 2 a 0 en el primer superclásico del año con una sobria y contundente actuación. Los tantos los marcaron Colazo y Palermo en el primer tiempo.


Después de un pálido y anémico 2010, a Boca le están empezando a inyectar fútbol. Con la llegada de Julio César Falcioni, de a poco, y ladrillo a ladrillo, empieza a construir una base sólida de cara a la temporada que viene. El ejemplo principal es el triunfo en el primer clásico ante River del año, jugado en Mar del Plata, ante una multitud.
Las premisas básicas del entrenador quedaron de manifiesto tanto en el superclásico como en el debut ante Independiente. Orden, seguridad, despliegue físico y contundencia. Esto último queda en claro ya que en ambos cotejos la eficacia fue terrible y marcó casi en la primera oportunidad que se le presentó.
Desechado el tristemente celebre dibujo táctico del Bichi Borghi, Falcioni está decidido a usar una línea de cuatro en el fondo y depende de si juega su astro, Juan Román Riquelme, el esquema ira mutando de un 4-4-2 a un 4-3-1-2. Con los jugadores desparramados en la cancha en la ubicación donde mejor rinden, y donde se sienten más cómodos, todo se simplifica. A eso se le suma una gran preparación física y los refuerzos de renombres, por lo tanto el combo parece tentador.
En el partido del sábado, salvo en un espejismo en los primeros cinco minutos en los que River intento hacer su secuela de la victoria clara por el Apertura pasado con las mismas intenciones y armas, Boca estuvo bien aplomado y en lo único que se pareció en aquel errático conjunto que se arrastró en el Monumental en la despedida de Borghi fue en la gran actuación de su arquero durante los noventa minutos.
Si en aquella tarde noche de Nuñez, Javier García salvó a Boca de la goleada, esta vez evitó una levantada Millonaria en el complemento. Antes, un Xeneize rápido, contundente y eficaz se había puesto en ventaja con una buena acción colectiva que derivó en el pase de Palermo para que el chico Colazo sacudiera y fusilara a Carrizo.
Ahí empezó otro partido, en el que siempre pareció que Boca tenía el control del mismo, más allá de los intentos individuales de Lamela, que fueron fallidos debido a la marca escaladonada que le preparó Falcioni. El Xeneize se adueñó del mediocampo gracias al trabajo de los debutantes Somoza y Rivero, y la defensa siempre estuvo bien parada.
Adelante, aparte del aporte de los carrileros, Chavez y Colazo, un movedizo Mouche complicó a River, pero lo más resonante fue la tarea de Martín Palermo, quien demostró una versión superadora de lo que tiene acostumbrado; una asistencia, de arriba ganó siempre, y con la pelota demostró su técnica menospreciada. Incluso en su gol se anticipó a sus defensores como en los mejores tiempos.
En el complemento, Boca aceleró en los primeros diez pero no lo pudo liquidar. Entonces se refugió atrás y le aposto un pleno a su joven portero. Javi García demostró que puede ser el guardameta en el certamen, sacándole un remate a Lanzini a contrapierna y un furibundo cabezazo de Maidana a quemarropa. Más allá de la vergüenza deportiva exhibida por el combinado de Nuñez en el último tramo del enfrentamiento, la victoria Xeneize fue inobjetable.
BOCA 2.0 RIVER
BOCA: Javier García 8; Calvo 6, Caruzzo 6, Insaurralde 6, Clemente Rodríguez 6; Chavez 6 (Medel), Somoza 6, Rivero 6, Colazo 6 (Monzon); Mouche 6 (Viatri), PALERMO 9 DT Julio Falcioni
RIVER: Carrizo 5; Ferrari 4, Maidana 4, Ferrero 4, Roman 3; Ballon 3 (Afranchino), Almeyda 3, Pereyra 4; Lamela 5; Lanzini 4 (Caruso), Pavone 4 DT Juan José López