sábado, 19 de febrero de 2011

Ya pasó…la tormenta ya pasó


Boca volvió a la victoria en un clásico luego de no ganar en ninguno de los cuatro del torneo pasado. Esta vez, derrotó a Racing por 1 a 0 y se recuperó luego de la dramática goleada sufrida ante Godoy Cruz.



La ruleta del fútbol siempre da vueltas, y esta vez le dio un guiño a Javier García, masacrado hace tan solo seis días por sus gruesos errores ante Godoy Cruz, pero este sábado en la victoria de Boca sobre Racing por 1 a 0 el portero se reinvindicó no solo al sacar tres pelotas clarísimas de gol evitando la caída de su valla, sino que también provocó el tanto de la victoria al habilitar a Pablo Mouche, en la única conquista de la noche.
Esto también le cabe al goleador de la jornada que también fue duramente criticado en los últimos meses por sus actuaciones en falso pero en lo que va del año se ha convertido en el mejor jugador del cuadro de la ribera. El podio de figuras la completó el Burrito Rivero, pero el ex San Lorenzó culminó el cotejo con una expulsión.
El encuentro no fue brillante. Si, emocionante. Con un impetú como denominador común en ambos conjuntos. La Academia arrancó mejor y estuvo a punto de aprovechar la siesta con la que entró Boca a la cancha. En ese sprint inicial, el 1 visitante evitó tres chances claras, productos de cabezazos peligrosos.
Luego emparejó el cuadro de Falcioni, cuando Rivero empezó a ganar el medio y Mouche a desnivelar a pura gambeta. En el complemento, no había pasado mucho hasta que Javi García asistió al mismo Mouche, quien definió fenomenalmente, para poner el grito de la victoria. A continuación, creció el trabajo del doble cinco de Boca compuesto por Somoza y Battaglia para sostener la ventaja, pero los locales siempre fueron una amenaza latente, aunque sea a puro centro, como en la jugada del final en la que García le sacó el empate al debutante colombiano Teofilo Gutiérrrez.
El triunfo le da aire al equipo de JC para empezar a acomodarse en la tabla luego del mazazo del debut. Pero claro, ahora falta lo más difícil que es la confirmación de la mejoría ante un All Boys que también dio el golpe en Liniers ante ni más ni menos que Velez.

Perdido en el Bosque


Gimnasia jugó mejor que Olimpo en el primer tiempo pero en el complemento pecó de inocente, y el cuadro bahiense no lo perdonó y lo hundió en la zona de descenso directo.



Si la intención de Gimnasia es permanecer en Primera, deberá convertirse en un verdadero Lobo feroz y no en Caperucita, con su inocencia a flor de piel, a punto de ser carne de cañón para cualquier cazador, deberá ser más compacto, contundente y no estar regalado atrás.
Los últimos dos goles con los que Olimpo los derrotó dejan en evidencia la falta de ubicación de los jugadores de Cappa, que intentan salir jugando como si fuera el Barcelona. Las buenas intenciones valen, pero la situación apremiante del Tripero, hacen que con eso no alcance.
El primer tiempo da para ilusionar porque cuando se juntan Neira y Guillermo Barros Schelotto, el Lobo tienen un interesante volumen de juego y no se fue al descanso por la descomunal tarea de Tombolini, labor que continuó en el complemento. Pero para colmo, en la primera situación clara de la segunda etapa, llegó la apertura del marcador con Fede Domínguez.
El empate de Córdoba hizo ilusionar a los hinchas locales. Y esa esperanza se extendió aun más, cuando el Mellizo definió bárbaro pero su remate se fue desviado. Ahí surgió Rolle, quien hizo una definición exquisita que dio en el travesaño y el rebote lo encontró a Maggiolo –justo un ex Pincha -que no perdonó. Al rato, otra vez Rolle tuvo el tercero pero obligó a Sessa a tocar la pelota con la mano fuera del área. El colmo fue que el Gato evitó el tanto pero en ese tiro libre que derivó tras su expulsión el mismo Rolle liquidó el cotejo. Las dos jugadas que definieron el partido nacieron en dos horrores defensivos de la defensa de Gimnasia. Algo que su técnico deberá corregir, si quiere salvar a su equipo de descenso.

martes, 15 de febrero de 2011

Puro espamento, el candidato


Boca se estroló alevosamente ante Godoy Cruz en el debut en el Clausura. Del equipo del verano que emergió como el favorito quedaron cenizas.

Ni el más pesimista podría haber pensado lo que le ocurrió a Boca. Ni el más optimista hincha de Godoy Cruz hubiese soñado lo que ocurrió en la Bombonera. El gran favorito con todas sus estrellas finalmente se estrelló y fue vapuleado por 4 a 1.
Con todas sus figuras, con Riquelme y Battaglia que volvían y con el debut de Erviti, Falcioni modificó el mediocampo que tan buenos dividendos le había dado en la pretemporada. Apostó por los nombres, y cambió todo el esquema. Bastaron los primeros diez minutos para demostrar que Godoy Cruz iba a ser un rival incómodo porque estaba bien agazapado en defensa. Solo bastaba ver si podía lastimarlo ofensivamente.
Pero el Xeneize le simplificó las cosas. O se lo simplificó su arquero con un insólita salida en falso. Por suerte para él, diez minutos después hizo lo mismo, pero el juez de línea se apiadó y cobró un off side milimétrico. A partir de ahí, Boca se enfureció y tuvo cuatro situaciones claras para empatar, pero las dilapidó, a diferencia en la época estival en la que anotaba en la primera que se le presentaba.
El que no perdonó fue el Tomba, que curiosamente había perdido a sus tres jugadores de ataque en el receso, pero igualmente mostró una faceta contundente. En la segunda que se le presentó, otra vez Rubén Ramírez mojó aprovechando la pasividad defensiva y el atornillamiento del arquero en el arco. 2 a 0. Increible pero real. El Xeneize pudo descontar pero, primero el palo se lo negó a Riquelme y otra vez Torrico impidió el descuento de Mouche.
El complemento fue más de lo mismo. Antes de los cinco, el local perdió otras dos jugadas netas y el cuadro mendocino sin titubear dio un nuevo golpe. Esta vez, fue Adrián Torres que ajustició a García. Enseguida, descontó Erviti, tras un pase atrás de Riquelme. Parecía que Boca hacía la heroica pero se apagó Roman, a Mouche le tomaron la mano y los cambios de Falcioni trajeron más confusión y el Xeneize terminó muriendo en el embudo.
De a poco, Boca va menguando, como decepcionándose por todos los goles errados y el Tomba dio el golpe de gracia. Carlos Sanchez aprovechó la pasividad de Insaurralde y definió ante otra respuesta flojísima del arquero. El 1-4 fue un golpe durísimo pero el Tomba pegó en los momentos justos, Boca se equivocó feo en las dos áreas y lo pagó carísimo.

El Demonio es de Racing


Con Moreno contenido, a la Academia se le hacía difícil pero se iluminó Hauche y consiguió un triunfazo ante All Boys en Floresta.


Se sabe que el ancho de espadas de Racing es Giovanni Moreno pero cuando en la mano el colombiano no funciona, bien viene la aparición del de basto. Y la segunda guitarra como se dice en la Academia no quedan dudas que es Gabriel Hauche. El Demonio hizo de las suyas y le dio la victoria a su equipo en el debut. Un triunfo que en líneas generales fue justo pero fue un partido tan duro que si hubiese sido un empate no hubiese estado mal.
A Gio le embarraron la cancha. Trataron de sacarlo de la cancha en una actitud reprochable de Hugo Barrientos, como nos tiene acostumbrados. No obstante, el conjunto de Russo fue levemente superior y alcanzó la victoria cuando Hauche frotó la lampara. Sumó de tres en una cancha difícil y ahora se viene Boca para confirmar que puede ser un candidato serio.

Viejo Lobo


La picardía de Guillermo le permitió a Gimnasia sumar un punto frente a San Lorenzo en el Nuevo Gasometro. El equipo de Ramón fue superior pero debió conformarse con la paridad.
La magia y la picardía siguen intactas pese a los años. Como dice el dicho, el Diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo. Y con Guillermo ocurre lo mismo. La jugada que terminó en el penal es un clásica jugada del Mellizo. Midió a Giménez y Baldassi compró la falta. Luego Neira cambió el penal por gol.
Previo a eso, más allá del sorprendente análisis de Cappa, San Lorenzo había sido muy superior de la mano de Ortigoza, su refuerzo más rutilante. Luego de la igualdad, ahí si el Lobo pudo sorprender de contra, pero lo más lógico hubiese sido una victoria del Ciclón por lo hecho antes y después. Pero el empate le dejó una sensación de que el Tripero puede salir a flote. Y a los del Bajo Flores que pueden jugar bien. Así que los dos quedaron tranquilos.

De héroe a villano


El Rojo estuvo dos goles arriba pero se le escapó ante Velez cerca del final. Esta vez no lo supo aguantar e Hilario, siempre figura, fue responsable del empate definitivo en 2.
Son las ironías que tiene el fútbol. A veces la calesita del destino es así. Se pasa de héroe a villano en un parpadeo. Eso ocurrió con Hilario Navarro, figura fundamental en la obtención de la Copa Sudamericana del año pasado y responsable de la clasificación de la Libertadores.
Pero el destino a veces juega malas pasadas. Y eso aconteció cerca del final. A Hilario se le escapó una pelota increíble y el Burrito Martínez decretó la igualdad. Antes Independiente con muy poco se había puesto dos goles arriba gracias al trabajo en las pelotas paradas.
Sin embargo, Vélez se despertó. Y reacciónó. Tendrá que trabajar en la sociedad Ramírez-Moralez que por primera vez interactúo. Pero mientras tanto la del Enano con Martínez sigue dando frutos. Y lo va a seguir dando.

Siempre Pincha


Estudiantes cambió el técnico pero demostró que sigue siendo el mejor equipo del país. Si bien sufrió al final, le alcanzó con un primer tiempo de alto vuelo para certificar sus credenciales.
Durante todo el ciclo de Alejandro Sabella, Estudiantes demostró que cuando le faltaba algún jugador emergía un suplente y lo reemplazaba de la misma forma. Ahora que la era de Pachorra como entrenador llegó a su fin, quedó demostrado que el Pincha es un equipo más allá de quien se pone el buzo. Eso lo hace porque tiene una mística y una identidad inconfundible.
Prácticamente con el mismo esquema que ideó Sabella 3-4-2-1, el mismo que para muchos era un ejemplo antifútbol, con la Gata Fernández como único punta, más el aporte de Enzo Pérez, Leandro Benítez y la Bruja Verón como alimentadores y dos laterales volantes que son defensores. Pero ahora como el DT es un discípulo directo de Bielsa como el Toto Berizzo parece ultraofensivo. Los mismos que criticaban ahora lo avalan.
Pero lo cierto es que Enzo cada vez le hace honor al hombre que tiene y cada vez juega mejor. Claro que con un fútbol más vertical que la leyenda uruguaya, Verón como diría Maradona es el Xavi del Pincha y Leandro Benítez es un titiritero de las pelotas paradas. A eso se le suma, un Mercado que cada vez sorprende más con su vocación ofensiva.
En el primer tiempo, Newell´s hizo lo que pudo, y no se fue con más goles abajo debido a la gran tarea de Peratta, uno de los mejores arqueros de los últimos dos años en el fútbol argentino. En lo que si pareció diferenciarse Estudiantes de la etapa anterior fue que en esa etapa se mostró insaciable y siguió buscando. Pero en el complemento sacó el pie del acelerador y sufrió de más.
Sin embargo, esta claro que el cuadro platense es el mejor equipo del país. Y si no tiene el cartel de supremo candidato es porque Vélez le hace sombra y porque ambos juegan la Copa. Porque los demás por más refuerzos tengan, están bien lejos.

jueves, 3 de febrero de 2011

ChichiBoca


Un garrafal error del juvenil arquero de River Chichizola le permitió a Palermo cambiar el curso de un clásico en el que el Millonario había sido muy superior en los primeros minutos. Luego de esa falla, el Xeneize emparejó y pudo haber ganado.


Siempre se dice que dos clásicos seguidos no salen iguales, y que cada partido hay que jugarlo. Y eso quedo demostrado en estos partidos de veranos; luego de la inobjetable victoria de Boca hace diez días en Mar del Plata, en Mendoza por un momento se intercambiaron los papeles, pero Martín Palermo salvó la ropa. Otra vez.
River tuvo un arranque furioso en los primeros veinte minutos. Cuando Lamela juega, el equipo de Jota Jota tiene algo de brillo. Cuando el juvenil cae en sus lagunas, es un dolor de ojos ver al equipo de Nuñez, porque con el entusiasmo de Almeyda y Pavone no alcanza, teniendo en cuenta que Buonanote hace rato no es aquel que la descosía en los tiempos de Simeone. Pero en ese arranque, Lamela volvió locos a todos, y Almeyda con la colaboración de Acevedo copó el mediocampo.
Boca entró dormido y no sufrió mas goles fue por la reacción de Javi García que abortó sendos remates de Lamela, con colaboración del palo, y Almeyda. En el medio Pavone se sacó la mufa y ajustició al uno Xeneize, que alcanzó a salvar en primera instancia pero no pudo en la siguiente.
Nada que ver un cotejo del anterior. Boca parecía dormido y fundido. Su rival enérgico y ambicioso. Pero apenas tuvo una, no desaprovechó. Colazo tiró un centro, la pelota le picó mal al joven Chichizola, y la pelota encima se levantó y le quedó en la cabeza ni mas ni menos que a Palermo, que no perdonó.
Ahí fue otro partido. Mouche lo complicó a Maidana, que se pareció más al que jugaba en Boca. Colazo también. Y Rivero creció en la mitad de la cancha. El Xeneize pasó a dominar el juego, predominio que se alargó hasta el primer cuarto de hora del complemento, momento en el cual despilfarró dos chances.
Luego sacó el pie del acelerador y vio con buenos ojos un empate que le daba la Copa Desafío. River ni se empeño en evitarlo. Así que el empate fue previsible. Y justo también. Boca va confiado al arranque del torneo porque fue el mejor del verano en definitiva. River mejoró considerablemente lo hecho en Mar del Plata pero no le alcanzó para ganar un partido.