martes, 15 de febrero de 2011

Puro espamento, el candidato


Boca se estroló alevosamente ante Godoy Cruz en el debut en el Clausura. Del equipo del verano que emergió como el favorito quedaron cenizas.

Ni el más pesimista podría haber pensado lo que le ocurrió a Boca. Ni el más optimista hincha de Godoy Cruz hubiese soñado lo que ocurrió en la Bombonera. El gran favorito con todas sus estrellas finalmente se estrelló y fue vapuleado por 4 a 1.
Con todas sus figuras, con Riquelme y Battaglia que volvían y con el debut de Erviti, Falcioni modificó el mediocampo que tan buenos dividendos le había dado en la pretemporada. Apostó por los nombres, y cambió todo el esquema. Bastaron los primeros diez minutos para demostrar que Godoy Cruz iba a ser un rival incómodo porque estaba bien agazapado en defensa. Solo bastaba ver si podía lastimarlo ofensivamente.
Pero el Xeneize le simplificó las cosas. O se lo simplificó su arquero con un insólita salida en falso. Por suerte para él, diez minutos después hizo lo mismo, pero el juez de línea se apiadó y cobró un off side milimétrico. A partir de ahí, Boca se enfureció y tuvo cuatro situaciones claras para empatar, pero las dilapidó, a diferencia en la época estival en la que anotaba en la primera que se le presentaba.
El que no perdonó fue el Tomba, que curiosamente había perdido a sus tres jugadores de ataque en el receso, pero igualmente mostró una faceta contundente. En la segunda que se le presentó, otra vez Rubén Ramírez mojó aprovechando la pasividad defensiva y el atornillamiento del arquero en el arco. 2 a 0. Increible pero real. El Xeneize pudo descontar pero, primero el palo se lo negó a Riquelme y otra vez Torrico impidió el descuento de Mouche.
El complemento fue más de lo mismo. Antes de los cinco, el local perdió otras dos jugadas netas y el cuadro mendocino sin titubear dio un nuevo golpe. Esta vez, fue Adrián Torres que ajustició a García. Enseguida, descontó Erviti, tras un pase atrás de Riquelme. Parecía que Boca hacía la heroica pero se apagó Roman, a Mouche le tomaron la mano y los cambios de Falcioni trajeron más confusión y el Xeneize terminó muriendo en el embudo.
De a poco, Boca va menguando, como decepcionándose por todos los goles errados y el Tomba dio el golpe de gracia. Carlos Sanchez aprovechó la pasividad de Insaurralde y definió ante otra respuesta flojísima del arquero. El 1-4 fue un golpe durísimo pero el Tomba pegó en los momentos justos, Boca se equivocó feo en las dos áreas y lo pagó carísimo.

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