Los británicos no pudieron demostrar en la cancha porque son candidatos. Un error garrafal de su arquero, Green, le permitió a Estados Unidos lograr un empate importantísimo de cara a la clasificación.
Inglaterra por nombres y por funcionamiento llegó a Sudáfrica con el rótulo de candidato. Pero su debut no fue satisfactorio ya que apenas empató con Estados Unidos. No es para menospreciar el trabajo del conjunto norteamericano que cada vez evoluciona más y viene dando golpes. En Alemania le había empatado también 1 a 1 a Italia y en la Copa Confederaciones había eliminado a la Azurra y a España.
Por eso, los yanquis son un equipo molesto en los papeles y no extrañó que le robe una igualdad en primera ronda a un favorito.
Lo de los británicos fue bueno de a ratos y se puso en ventaja rápidamente pero, a diferencia de Argentina, no lo supo mantener. Inclinó su juego a la derecha con las subidas de Lennon y Johnson. Sin embargo, Lampard estuvo errático y Ashley Cole subió poco y nada. El tanto llegó gracias a una excursión ofensiva de Gerrard, el capitán.
Una de las dudas que tenía el entrenador Favio Capello era elegir el arquero. Un puesto que últimamente viene en deficit en ese país, porque ni siquiera David Seaman, el último dueño de la valla daba muchas garantías. Y la elección parece que fue errónea porque un tirito de Clint Dempsey se le escurrió a Robert Green y se metió pidiendo permiso en la meta.
Luego Inglaterra azotó la defensa pero siempre chocó con Tim Howard, el guardavalla estadounidense. Sí, la diferencia entre un equipo y otro fue su portero. Uno, fue la figura de la cancha y el otro hizo el blooper del Mundial. Al final, los dos terminaron conformandose. Saben que son mucho más poderosos que los otros dos rivales del grupo: Argelia y Eslovenia, que armaron un bodrio en la mañana del domingo.
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