Banfield e Independiente se quedaron con las manos vacías en duelos claves debido a su amarretismo. El club dejó mansamente que le taladren el sueño de la Copa, mientras que el elenco del Tolo Gallego permitió una remontada increíble del Bicho. Tenía todo para pisarle la cabeza a su rival, pero dejaron levantarlos libremente.
Siempre se dijo que el 2 a 0 es el peor resultado. Algo completamente falso, porque lo mejor es estar siempre en ventaja. Salvo que tengas un equipo completamente amarrete y cauteloso como sucedió con el caso Banfield en la Libertadores o el de Independiente en La Paternal. Claro que la pesadilla es vencer por 3 a 1 y no por 2 a 0.
En época del resurgimiento de las antinomias como el del Tiki Tiki contra el catenaccio. Ciertos errores estratégicos le dan de comer a los adoradores del fútbol lírico. Porque el Taladro tenía todo servido en bandeja para acceder a cuartos de final pero en vez de ir por un gol de visitante se conformó con esperar a los brasileños. Y eso jugando en Brasil es como esperar sentado en el rincón un golpe de Monzón. Porque de tanto ir, alguno gol Internacional iba a encontrar.
En el estadio Diego Maradona, se vio una situación similar. El Rojo tenía de rodillas a Argentinos. Estaba más cerca del quinto gol que del cuarto. Pero las variantes que introdujo el Tolo Gallego como la entrada de Valles por el goleador Nuñez sacaron el pie del acelerador. Tal vez confiando que de superar el cerrojo defensivo, el Bicho debía superar al mejor arquero del torneo, Adrián Gabbarini. Pero el cuadro local se despertó a tiempo y logró una meritoria levantada.
El mayor de los problemas es que justamente en el cotejo jugado en la cancha que lleva su nombre, el seleccionador argentino estuvo en la platea y se fue con el partido 1-3. Esperemos que alguien le comente no sólo el resultado, sino como se dio. Porque no siempre el catenaccio funciona como con Mouriño. Así que confiemos que el DT no lo use como sistema, si tal vez como una herramienta circunstancial en situaciones especiales. Y que se anime a atacar.
Siempre se dijo que el 2 a 0 es el peor resultado. Algo completamente falso, porque lo mejor es estar siempre en ventaja. Salvo que tengas un equipo completamente amarrete y cauteloso como sucedió con el caso Banfield en la Libertadores o el de Independiente en La Paternal. Claro que la pesadilla es vencer por 3 a 1 y no por 2 a 0.
En época del resurgimiento de las antinomias como el del Tiki Tiki contra el catenaccio. Ciertos errores estratégicos le dan de comer a los adoradores del fútbol lírico. Porque el Taladro tenía todo servido en bandeja para acceder a cuartos de final pero en vez de ir por un gol de visitante se conformó con esperar a los brasileños. Y eso jugando en Brasil es como esperar sentado en el rincón un golpe de Monzón. Porque de tanto ir, alguno gol Internacional iba a encontrar.
En el estadio Diego Maradona, se vio una situación similar. El Rojo tenía de rodillas a Argentinos. Estaba más cerca del quinto gol que del cuarto. Pero las variantes que introdujo el Tolo Gallego como la entrada de Valles por el goleador Nuñez sacaron el pie del acelerador. Tal vez confiando que de superar el cerrojo defensivo, el Bicho debía superar al mejor arquero del torneo, Adrián Gabbarini. Pero el cuadro local se despertó a tiempo y logró una meritoria levantada.
El mayor de los problemas es que justamente en el cotejo jugado en la cancha que lleva su nombre, el seleccionador argentino estuvo en la platea y se fue con el partido 1-3. Esperemos que alguien le comente no sólo el resultado, sino como se dio. Porque no siempre el catenaccio funciona como con Mouriño. Así que confiemos que el DT no lo use como sistema, si tal vez como una herramienta circunstancial en situaciones especiales. Y que se anime a atacar.
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