Ya se cargó a Rusia en el repechaje y ahora quiere dar un nuevo cimbronazo. Eslovenia no tiene grandes figuras pero una sólida defensa que puede terminar siendo un duro obstáculo.
Eslovenia es un signo de pregunta gigantesco de cara al Mundial. No tiene grandes individualidades pero tiene un sentido colectivo de equipo con el que sueña al menos hacer un Mundial más decoroso que en su única participación que fue en 2002 en la que perdieron los tres partidos.
Sabe que su chance depende de vencer a Argelia en el debut y llegar al duelo siguiente ante Estados Unidos por encima de la Selección nortemericana. Más que eso no se le puede pedir a este equipo que se aprovechó de la transición que viven República Checa y Polonia para quedarse con el segundo lugar en el grupo de las Eliminatorias para luego dar el golpe ante Rusia en Moscú.
Sus principales figuras son el portero Samir Handanovic, el capitán Robert Koren y el delantero Milivoje Novanovic, autor de cinco goles en el camino a Sudáfrica. Pero su principal atributo es la férrea defensa que puede ser vital para el duelo ante los estadounidenses.
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