La revolución Borghi

Boca renueva la confianza con la llegada del último entrenador campeón del fútbol argentino. Ahora empieza el proceso de reconstrucción.

Terminó la siesta de los directivos de Boca. Al menos en cuanto a la elección del entrenador. No así en el rubro continuidad de los históricos, la cual sigue en veremos, caso Palermo o Riquelme. Pero el equipo de la Ribera ya tiene quien lo dirija y el elegido es Claudio Borghi, el técnico del campeón Argentinos Juniors.
Ahora empieza la renovación. O mas que eso, una revolución. Porque el Bichi siempre juega con un 3-4-1-2 y el Xeneize tiene su esquema histórico de 4-3-1-2. Con Bilardo y Lavolpe no le fue tan bien con ese bosquejo eso es otra historia. El flamante DT tiene meses para emplear su idea y lograr el convencimiento de los jugadores.
En esa táctica, serían claves las llegadas de Matías Caruzzo y Juan Manuel Insaurralde para actuar como líbero o stopper, respectivamente. Las negociaciones por este último están más que avanzadas. Además, ahí nomás Clemente Rodríguez prepara para hacer un surco por el costado derecho.
Boca necesita otro arquero y el elegido es Mariano Andujar. La línea de tres defensores la completaría el juvenil Ezequiel Muñoz si no es vendido al exterior. Como alternativas quedan Facundo Roncaglia y Matías Cahais, a quienes se le vence los préstamos en espanyol de Barcelona y Racing, respectivamente.
En la mitad de la cancha, los laterales volantes serían Clemente y Monzon. Medel y Battaglia serían los volantes internos con Jesús Méndez como principal carta de relevo. Chavez y Matías Giménez deberán pelear por un lugar. El que no sabe que será de su vida es Hugo Ibarra. Habrá que ver si le da el cuero para realizar toda la banda o si debe conformarse con ingresar como suplente.
Sin Riquelme, lesionado y ausente por tres meses, la conducción del equipo queda acéfala. Damian Díaz y Gracian vuelven de sus prestamos pero nunca rindieron con la casaca aurizul. El técnico pidió a un viejo conocido suyo Matías Fernández.
Arriba Palermo es un interrogante. Mouche debería irse a madurar con otra camiseta. Viatri no se quedaría si Martín sigue. Y el sueño de repatriar a Boselli parece una quimera. Hoy por hoy a muchos interrogantes. Borghi tendrá tiempo para responder a esas interrogacione