jueves, 2 de septiembre de 2010

La hora de la verdad


La Selección cerró la primera fase con una derrota ante Serbia por 84-82 y ahora enfrentará a Brasil, dirigida por Rubén Magnano, por octavos de final. El equipo todavía no tocó techo pero cumplió en sus primeros cinco juegos.

El equipo argentino llegó a Turquía como candidato pero la baja de Andrés Nocioni hizo que se reinventara a si mismo. Sin jugar un básquet fluido y vistoso, el conjunto de Sergio Hernández cumplió con sus compromisos y se clasificó sin problemas a la siguiente fase.
Pero el equipo hasta ahora dependió pura y exclusivamente del goleo de Luís Scola. El nivel colectivo no brilló. Salvo Delfino, figura en la primera victoria ante Alemania, el resto no acompañó bien al pivote de Houston Rockets, al menos en cuestión de puntos ya que Scola marcó en los restantes juegos más de treinta puntos.
En el cotejo ante Serbia hubo buenas señales más allá de la derrota. En el primer cuarto, Prigioni y Delfino encontraron el aro y sacó un ventaja de 16-4 que rápidamente se evaporó antes de la finalización de ese período. Cuando los balcánicos pasaron al frente promediando el segundo cuarto no se bajaron más gracias al gran labor de Teodosic y el aporte de los suplentes Krstic y Savanovic. Uno de los déficit del equipo argentino son los relevos ya que no tiene un plantel tan largo como en otros certámenes. Ahí es cuando se siente las ausencias de Manu, Nocioni o el mismo Oberto, que no pudo participar de este partido por estar lesionado.Por ejemplo, los suplentes de Delfino, Scola o Prigioni si bien no desentonan, no pueden mantener la intensidad a lo largo de todos los minutos. Fue cuando Scola descansó, que los de la ex Yugoslavia tomaron la posta.
Antes del enfrentamiento se especulaba que le convenía a la Selección. Si ganar y jugar el mismo sábado, o perder y saltar al campo recién el martes. Si se daba lo segundo, se podría descansar 48 horas más y esperar por la recuperación de Fabricio Oberto. La derrota duele menos porque hubo señales positivas como el trabajo de Paolo Quinteros, clave en el final.
Ahora se viene Brasil, seleccionado dirigido por Rubén Magnano, el técnico que sacó campeón olímpico a Argentina. O sea el padre de la criatura, quien podría darle el golpe más duro a esta generación. Encima se sabe “lo bicho” que es el cordobés para armar este tipo de partidos –si no pregúntenle a un tal equipo Dream Team-. Y clásicos son clásicos.
Los brasileños encararon este certamen para volver a los primeros planos. Mas allá de la contratación de Magnano, tiene una gran camada con Varejao, Tiago Splitter como pivotes que le darán una dura pelea a Scola en la zona pintada. Los externos tienen en el nivel de siempre con Leandrinho o Marcelinho, quien fue el líder de puntos del equipo en los últimos dos cotejos. En los otros tres se repartieron esa condición tres basquetbolistas –Tiago, Leandrinho y Guillermhe-.
OCTAVOS DE FINAL
1) Serbia-Croacia
2) España-Grecia
3) Eslovenia-Australia
4) Turquía-Francia
5) Estados Unidos-Angola
6) Rusia-Nueva Zelanda
7) Lituania-China
8) Argentina-Brasil

No hay comentarios:

Publicar un comentario