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El Seleccionado volvió a decepcionar. Como en la Copa América, empató de local con la débil Bolivia 1 a 1 y reiteró su imagen pálida y deslucida de los últimos años.
A esta altura ya nada sorprende. Argentina es uno más en Sudamérica y pena con rivales, a los que en otro momento, los hubiese goleado con el freno de mano puesto. Como sucedió la fecha pasada con Venezuela, esta vez el conjunto de Alejandro Sabella no salió de un rendimiento opaco y apenas igualó con la Selección más débil del continente, Bolivia.
Era la gran chance de Messi para demostrar que puede brillar con la camiseta nacional. Una linda prueba para ver si podía armar una sociedad con Pastore, quien por fin era titular debido a la lesión de Agüero. Pero Lio decepcionó. Y por mas, que no tenga toda la culpa, porque no es responsable de los compañeros que le tocó en desgracia ya hay situaciones indefendibles, como las de abusar de la jugada individual, y querer pasar por donde esta lleno de defensores como si fuera la Peatonal Florida. O su falta de rebeldía ante la adversidad.
Tal vez ya este cansado de jugar para el equipo, y nadie lo acompaña. Entonces se ve obligado a hacer todo él, pero cuando abusa del juego individual, falla. En Barcelona brilla porque hay un equipo que lo respalda, y un funcionamiento perfecto. Y el es solo, un eslabón mas en una cadena perfecta. Aquí el Diez juega solo. Los demás entienden otro idioma, del que comulgan Xavi, Iniesta, Fabregas. Necesita de intérpretes. Función que pueden cumplir el propio Pastore, con quien se juntó en el mejor momento del equipo sobre el final del primer tiempo. O con Gago, quien empieza a ganarse la titularidad haciendo poco, pero con eso le alcanza para hacer más que el resto.
En esa primera etapa, cada arranque de Lio prometía tener destino de red. Pero a la Selección le faltó el último pase, careció de profundidad. Pastore estuvo mal ubicado como extremo izquierdo, y solo incidió cuando se animo a dejar la franja, como en la jugada que estrello el tiro en el palo. Cuando Messi se juntaba con el cordobés, y también con Gago, Argentina crecía pero inquieto poco al arquero boliviano.
Ricky Álvarez otro que debutaba desde el inicio en un duelo por los porotos, no entendió el juego. Cuando la jugaba pedía desborde, enganchaba para adentro. Y así siempre. Y termino desperdiciando a uno de los jugadores mas enchufados durante los noventa minutos como fue Clemente Rodríguez, quien subió mucho en el primer tiempo, pero pocas veces fue utilizado por sus compañeros.
El partido en gran parte fue un calco del duelo de la Copa América, ocurrido meses atrás. Argentina tenía la pelota, tenía las pocas situaciones que había. Y la visita solo se defendía, agrupando gente atrás, y apostando al error rival, y a la inteligencia y picardía de Marcelo Martins, quien se movió como pez en el agua, ante las dudas de la defensa argentina.
La única diferencia con aquella fría noche de La Plata, fue el calor. Porque Argentina es tan poca inteligente, que se tropieza dos veces con la misma piedra, y de la misma forma. Otro regalo defensivo. Esta vez fue Demichelis, quien se durmió ante la presencia de Martins, quiso salir jugando y ni siquiera fue capaz de hacerle sombra al delantero para que definiera.
Después de ese cachetazo, reacciono Sabella. Sacó a Álvarez, y puso a Lavezzi. Nadie podía imaginarse que el Pocho iba a sacar las papas del fuego y ser el delantero más preocupante de la segunda parte. Es que el delantero del Napoli nunca rindió en la Selección como lo hace en el club del Sur de Italia, pero esta vez tuvo su redención. Tras un pase vertical de Gago, el atacante definió rápido sin atolondrarse y de zurda empardo la situación.
Quedaba media hora. Había tiempo para ganarlo. Pero este equipo no tiene espíritu para levantar esta clase de partido. Los bolivianos siguieron defendiendo, sin regalar nada. El conjunto de Sabella siguió yendo pero solo por inercia. No paso más apremios atrás, sencillamente porque el rival no quiso inquietar.
Gago fue el más parejo del medio hacia adelante, Clemente puso la fibra que no se consigue en Europa. Otra hubiese sido la historia si hubiese habido un arbitro a la altura de las circunstancias, y no hubiese anulado el gol anulado a Higuain. Pero eso ya no es excusa. Y lo que mas asusta es usar esa coyuntura del referí como pretexto o decir que jugó mejor que el rival. Lindo seria que Bolivia genere más situaciones de riesgo que Argentina en el llano de Buenos Aires. Eso seria lo único que falta. La falta de autocritica de toda esta generación de jugadores que se comieron a Basile, Maradona y Batista, es lo mas preocupante. La Selección volvió a defraudar y ya no es noticia. Una vez mas y van…
ARGENTINA: Romero 6; Zabaleta 5, Burdisso 5, Demichelis 3, Clemente Rodríguez 6; Gago 6, Mascherano 5 (Sosa), Alvarez 4 (Lavezzi 6); Messi 5, Higuain 5, Pastore 5
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